Una ex profesional que trabajó con las más importantes marcas, muestra el lado oscuro del modelaje.
El mundo de la moda mueve millones de dólares. Entre ropa, desfiles, perfumes y campañas publicitarias. Por otro lado, miles de mujeres quieren parecerse a la modelo de moda e intentan vestirse lo más parecido posible.
Sin embargo, el mundo del modelaje tiene un lado brutal que se esconde tras las pasarelas y flashes. Así lo deja en claro Patrícia Soley-Beltran, una ex modelo que decidió doctorarse en sociología y mostrar el lado más descarnado de la moda en el libro ¡Divinas! Modelos, poder y mentiras.
Soley-Beltran, quien trabajó para las más importantes marcas y viajó alrededor del mundo, vivió en carne propia sentirse vieja a los 25 años y ver cómo los modistas la dejaban de lado ya aburrida de la musa que antes las encandilaba con su belleza.
La moda, a veces, es el arte de la sustitución. ¿Podríais mandarnos a otra como Patrícia… pero que no sea ella?, dirían los clientes, cansados de su antigua Barbie y deseosos de otra más joven, más rubia, más niña, más blanca y más inocente a la que explotar.
“Si nos fijamos, en nuestro imaginario no caben modelos negras, ni asiáticas, ni latinas; si las hay, son más bien la excepción, y quizá éstas estén profundamente retocadas, maquilladas y vestidas hasta parecerse lo máximo posible a una chica buena y occidental”, señala.