Scarlette Aleitte, joven de 26 años que trabaja como asistente de andén, fue agredida por un usuario en estación Santa Ana de la Línea 2.
El Metro de Santiago en hora punta es insoportable. La mayoría de los pasajeros andan hacinados, malhumorados y con muy poca paciencia. Todos reclaman pero nadie piensa en las personas que trabajan en el lugar. Al igual que todos, deben soportar el calor, el poco aire y la poca tolerancia de algunos usuarios.
Incluso en más de alguna ocasión deben soportar agresiones y maltratos. Un claro ejemplo de ello es lo sufrido por Scarlette Aleitte, una joven de 26 años que trabaja como asistente de andén y que la semana pasada recibió un golpe de puño por parte de un pasajero en la estación Santa Ana de la Línea 2.
Scarlette estaba a las 7 de la tarde en el andén, el cual estaba repleto por lo que ella le pedía a los usuarios mantenerse detrás de la línea amarilla.
“Había un hombre de unos 27 años que estaba parado esperando el tren delante de la línea amarilla. Era de ese estilo ‘princeso’ como le dicen, creo. Medio flayte. Con las cejas depiladas y vestido con ropa de marca, pelo corto. Yo fui y le dije que por favor se pusiera detrás de la línea. Me contestó: ‘¿Y qué pasa si no quiero?’. Entonces yo le dije que solamente estaba haciendo mi trabajo”, dice.
Cuando llegó el tren, el joven fue uno de los primeros que se subió a uno de los vagones. En ese momento la joven hizo lo que se conoce como “corte de flujo”, que es despejar las puertas del carro para que la gente se baje y después suban los que esperan.
Un segundo antes de que se cerraran las puertas el tipo le lanza un golpe de puño. “Pasó tan rápido que no alcancé a decirle al conductor que parara. Me quedé con las manos tapándome, me dolía un montón y se me hinchó al tiro”.
Scarlette dice que nadie hizo nada incluso una señora le dijo que “viste eso te pasa por metete”. “No le contesté nada, no podemos contestarle nada a los pasajeros”, explica.