Durante el año es una tranquila localidad española. Pero entre junio y agosto es el centro del frenesí y el alcohol entre los jóvenes del viejo continente.
Durante prácticamente todo el año Magaluf, una localidad de la Isla de Mallorca en España, es tranquila y quitada de bulla. Pero entre junio y agosto se transforma en el epicentro del desenfreno español, con la llegada de cientos de jóvenes turistas que vienen a emborracharse y a tener sexo donde se les plazca.
A parte de las borracheras y el desenfreno, hay dos cosas que han preocupado a las autoridades y que las han obligado a tomar medidas. Uno es el “mamading”, el cual se trata de sexo oral que ofrecen adolescentes a cambio de tener una noche de barra libre en algunos locales y que hace algunos meses ya generó polémica y el cierre de algunos lugares.
El otro tema es el “balconing”, el cual consiste en lanzarse de balcón a balcón de los hoteles o tirarse de un balcón a una piscina. Este tipo de competencias ha resultado con varias víctimas fatales.
Es por esto que las autoridades han adoptado algunas restricciones para poder controlar esta zona. Por ejemplo se prohibió el consumo de alcohol en las calles y que la gente esté en la calle con el torso desnudo.
Además se prohibió la venta de alcohol entre la medianoche y las 8 de la mañana.
Sin embargo, los turistas, en su mayoría británicos, se ríen de estas medidas. “Me da igual, que me multen si quieren. No vengo aquí para preocuparme por beber en la calle, eso ya lo hago en mi país”, aseguraba la enfermera escocesa Hannah MacDonald, de 19 años.
Por su aparte, los comerciantes no creen que esta medida tenga mucho efecto. “Por ahora todo sigue igual”, dice uno. “¿Qué hay de malo en dejar beber en la calle si lo hacen con vasos de plástico?”, dice otro.