El día en que los gringos tuvieron a Pablo Escobar en sus “narices” y no lo detuvieron
Era el narcotraficante más buscado del mundo pero nadie sabía que estaba a sólo unos pasos y que era cosa arrestarlo y meterlo en una cárcel para siempre.
Pablo Escobar volvió locos a los gringos. No sólo con la droga, que alguna vez le hizo ganar semanalmente $420 millones de dólares, si no que también con la su osadía de pasearse por Estados Unidos.
En 1981, Escobar comenzó a viajar a Miami para supervisar personalmente el negocio y comprar propiedades allí.
“Lo más increíble es que mi papá ingresaba en los Estados Unidos sin ocultarse. Llegaba a la aduana, enseñaba su pasaporte y le decían ‘bienvenido a los Estados Unidos señor Escobar’”, cuenta su hijo Juan Pablo Escobar (hoy conocido como Sebastián Marroquín)