La amistad entre una niña autista y su inseparable gato que te emocionará

Antes de la llegada del felino, la pequeña sólo se comunicaba a través de sus grandiosas pinturas que llegó a vender hasta en 2 mil dólares. 

Iris Grace Halmsha de seis años a simple vista parece una pequeña saludable, como cualquier otra de su edad, incluso para quienes la ven casualmente jugar con su gato Thula.

Pero lo que no queda tan en evidencia es la fuerte relación que existe entre ellos, la cual no es más que “amo-mascota”. Asimismo, tampoco puede visualizarse que Iris es autista y su conexión con el mundo exterior es gracias a este felino que la acompaña en todas sus aventuras.

El vínculo entre ellos es tan profundo que la pequeña comenzó a hablar cuando el animal llegó a su vida. Es más, el gato fue quien motivó a la niña a entrar al agua, situación que le causaba pánico a Iris, dejando atrás su propio temor por el elemento.

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Iris vive en su acogedora casa de Leicestershire, Reino Unido, donde comparte otras actividades con Thula, tales como pasear en bicicleta, pintar, jugar y navegar.

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El gris felino llegó a la vida de la menor hace dos años, cuando sus padres creyeron que una compañìa podría ser de utilidad. Al poco tiempo, pese a los pronósticos médicos, Iris comenzó a hablar, causando sorpresa total, puesto que anteriormente la niña sólo se expresaba a través del arte tan bien ejecutado que sus cuadros eran vendidos hasta en dos mil dólares.

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Su veta artística llevó a conseguirle seguidores, quienes convencieron a su madre, Arabella, que consiguiera un gato de raza Maine Coon para que le hiciera compañía a la pequeña.

“Thula estuvo al lado de Iris desde el momento en que la vio y durmió en sus brazos durante su primera noche como si fuera su ángel guardián. Cuando Iris está mirando sus libros, delicadamente siente las orejas y los bigotes de Thula, o toma su cola”, narró Arabella a BBC; consigna Infobae.

“Cuando los médicos nos diagnosticaron que Iris tenía autismo severo, dijeron que quizás nunca hablaría. Que quizás nunca tendría posibilidades de desarrollar relaciones con otros niños. Y luego trajimos a Thula y todo cambió, hubo una diferencia muy marcada”, agrega la mujer sobre los cambios de su hija.

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