A lo largo de la historia han existido macabros delitos, algunos han sido resueltos por la policía, mientras que otros son lo suficientemente enigmáticos y complejos que el caso se cierra sin saber los responsables.
En el caso de los primeros, muchas veces los mismos victimarios se encargan de quedar en evidencia a través de diversas pruebas, tales como videos, ropa, huellas digitales o cartas.
Estas últimas son las más frecuentes y que permiten entender un poco más de los motivos del asesinato, además de las emociones de quienes los comenten.
Dentro del gran espectro de misivas de asesinos a sus víctimas, rescatamos las siguientes 10, las que de seguro te pondrán la piel de gallina.
1. El misterio del Ántrax de Siracusa
Este caso fue más para asustar que mortal. En Siracusa los años 1997, 1999, 2002, 2010, 2011 y 2012, se enviaron cartas que iban acompañadas de un polvo blanco y en el escrito aseguraban que se trataba de ántrax.
El obispo Ludden de la Escuela Secundaria recibió cinco entre 1997 y 2010. Le Moyne College recibió tres entre 1999 y 2002. Otra fue enviada a la oficina de Ann Marie Buerkle. Una al fabricante de material de biblioteca del norte de Siracusa Gaylord Bros. Y 11 fueron repartidas entre asociaciones militares y la policía, grupos sin fines de lucro, funcionarios gubernamentales, empresas privadas y celebridades de la televisión.
Afortunadamente el FBI comprobó que solo era polvo para bebés o detergente para la ropa y que, por lo escrito en la carta, provenía de una persona de 35 años que tenía problemas mentales y una gran fascinación por H.P Lovecraft.
2. Amerithrax
En esta ocasión el contenido si era ánthrax y fue enviado en siete cartas luego de los atentados del 9/11. Los destinatarios fueron los medios ABC, CBS, NBC, IAM y al New York Post y los senadores demócratas, Tom Daschle, de Dakota del Sur y Patrick Leahy, de Vermont.
Cinco personas murieron y diecisiete resultaron infectadas. En las cartas salía escrito “Muerte a Estados Unidos y a Israel”.
Se creyó que el experto en la defensa de armas biológicas, Bruce Edwards Ivins, fue el responsable del hecho pero nunca se pudo comprobar. Ivins se suicidó el año 2008.
3. El asesinato de Vindalee Smith
Vindalee Smith, de 28 años iba a casarse el 21 de octubre de 2012 y tenía ocho meses de embarazo, pero un día antes fue encontrada en su casa muerta con una herida abierta en el cuello.
Debajo de su cuerpo se encontró una nota que decía, “¡Mataré a mujeres embarazadas a partir de ahora hasta que Lee Boyd Malvo sea puesto en libertad!”, firmada por “El aprendiz”.
El sujeto fue identificado comoJohn Allen Muhammad, quién junto a Malvo trabajó como francotirador de Washington D.C., donde fueron responsables de la muerte de diez personas, pero ninguno fue detenido.
4. El asesinato de Eva Kay Wenal
El amor y la traición son frecuentes en muchos asesinatos. Tal es el caso del magnate Harold “Hal” Wenal, quien encontró a su mujer, Eva Kay, muerta, golpeada y con la garganta cortada en la entrada de su casa.
Dos meses después del crimen se encontró una carta con la explicación del asesinato, con quien aparentemente la mujer tenia una relación paralela.
5. El caso de Cindy James
La enfermera de 44 años Cindy James, fue víctima de acoso cuatro meses después de su divorcio, a través de amenazas telefónicas y notas dejadas en su casa.
Lo que al principio sólo pareció una broma, terminó convirtiéndose en una pesadilla. Por ejemplo, la chica un día fue encontrada atada y amordazada fuera de su casa; mientras que en otra ocasión fue apuñalada en la mano con un cuchillo de cocina.
Según la hipótesis de la Policía, era la misma James quién se hacía esas cosas a si misma.
Meses después fue encontrada ahorcada, pero la causa de la muerte fue una sobredosis de morfina, y nunca se dio con el paradero del autor de las cartas.
6. El asesinato de Jon Benét Ramsey
Jon Benét Ramsey, reina de belleza infantil de 6 años, fue reportada como desaparecida de su casa en Boulder, Colorado. Ocho horas después fue encontrada golpeada y colgada de su cuello en la bodega de la casa de la familia.
Junto al cuerpo se encontró una página escrita a mano, en la que se pedía un rescate de 118 mil dólares,
Se llegó a pensar que la autora fue la madre de la menor por en parecido en la escritura.
7. El escritor de la carta de Circleville
María Gillespie, conductor de autobús escolar de Circleville, recibió cartas que la acusaban de tener una relación extramarital con un oficial de la escuela.
Tiempo después el esposo recibió una llamada donde le decían el nombre del autor de esa carta y este salió con su escopeta a buscar al responsable.
Luego de unas horas, fue encontrado muerto de su casa, pero nunca se supieron las causas de su deceso. María llegó a la conclusión que había sido su hermano, quien fue formalizado por asesinato, pero las cartas siguieron llegando una vez que él estaba en la cárcel.
8. El asesinato de Ricky McCormick
Este es un caso sin resolver que superó al FBI y la Unidad de Registros Chantaje (CRRU).
Rick McCormick fue encontrado muerto en un campo de maíz en el condado de St.Charles, Missouri.
Cerca de 12 años después de su muerte, el FBI anunció que la muerte de McCormick fue un homicidio, y pidió la ayuda del público con dos notas cifradas que se encontraban en el cuerpo y fueron escritas tres días antes de su muerte, pero nadie lo logró.
9. El asesino del Zodíaco
El asesino del Zodiaco era un victimario en serie que operaba en el norte de California a finales de 1960 y principios de 1970.
El individuo enviaba cartas con cuatro sistemas de cifrado, de los que sólo uno ha sido resuelto definitivamente.
La identidad del asesino sigue siendo desconocida.
10. Jack el Destripador
Jack el Destripador fue un asesino en serie de identidad desconocida que cometió varios crímenes en 1888, en el distrito de Whitechapel, en Londres.
Sus víctimas fueron prostitutas y escribió tres cartas diferentes que se cree que fueron redactadas por él: Dear Boss, la postal Saucy Jacky y la carta del infierno, que tienen coinciden con sus asesinatos.
En ellas se burlaba de la Policía y describía como iba a ser su próximo ataque. La tercera de éstas estaba escrita en una caja de cartón y junto a la misiva, había un pedazo de riñón remojado en vino que demostraba lo macabro que eran sus actos.