La fotógrafa Meridith Kohut, del New York Times, ha retratado la terrible crisis hospitalaria que azota a Venezuela.
La fotógrafa Meridith Kohut, del New York Times, ha retratado la terrible crisis hospitalaria que azota a Venezuela.
En uno de los países con las reservas de petroleo más grandes del mundo, el estado se encuentra en una severa crisis, producto de una mala administración y de un sistemático boicot internacional e interno.
La falta de energía, la escasez de alimentos, la violencia creciente, la inflación galopante que los está llevando a romper récords. Todas las noticias que vienen de Venezuela, pintan la imagen de una sociedad en descomposición.
Esta fotógrafa ha retratado un aspecto desgarrador: el cáos y la decadencia en el sistema de salud. La fotógrafa se adentró hospitales de las ciudades de Mérida y Barcelona, para registrar el estado desolador en el que conviven médicos y pacientes por igual.
Ante la escasez de productos de primera necesidad, como agua y jabón, los doctores no pueden lavarse las manos y la camilla donde te operarán, está cubierta por capas de sangre marrón.
Los apagones de energía dejan a menudo sin electricidad a los respiradores de la guardia maternal, por lo cual la muerte de recién nacidos es algo habitual en estas ciudades. Los doctores a menudo intentan mantener a los bebés con vida, mediante respiración boca a boca.
Rosa Parucho, una señora de 68 años y diabética, estaba en su camilla de hospital, ojos en blanco, pies “negros como la noche”. A punto de morir por shock séptico. Todo porque la máquina que le debía hacer un diálisis renal, estaba descompuesta.
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