Un obelisco erigido en 1932 mantenía escondido en sus cimientos una caja llena de oro y un misterioso texto escrito en latín.
Entre 1922 y 1944, Italia fue gobernada por Benito Mussolini, líder histórico y uno de los más representativos ideólogos del fascismo. Durante esos 22 años de poder, el culto a la personalidad y la autoreferencia al fascismo quedó plasmada en miles de expresiones culturales -monumentos, películas, obras literarias- que exaltaban la figura del dictador y su régimen.
El feroz avance de las ofensivas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, finalmente logró poner fin al totalitarismo en el viejo continente. Mussolini fue ejecutado, y su cuerpo fue colgado de los pies junto a su mujer en una gasolinera de Roma, donde también sufrieron mutilaciones en público. Sus restos fueron luego enterrados en una tumba anónima para evitar que se convirtiera en un lugar de peregrinaje o por el contrario, profanación.
Pero tras la caída del “Duce“, varios de los monumentos erigidos durante el fascismo siguieron en pie a lo largo de Italia. Precisamente en Roma, se levantó en 1932 un obelisco de más de 300 toneladas de mármol blanco. El hito está grabado con las palabras MVSSOLINI DVX -Duque Mussolini, en latín- y ha permanecido en pie hasta nuestros días.
Pero lo más sorprendente sobre este monumento no es su antigüedad ni el hecho de que no fuera destruido luego de la caída del totalitarismo, pues en la base de la estructura se encontró una caja metálica que contenía monedas de oro y un texto de 1200 palabras escrito en latín y titulado CODEX FORI MUSSOLINI.
Este año, luego de miles de horas de investigación con viejos textos latinos, académicos lograron descifrar el mensaje escrito en el ensayo. Los investigadores sobre cultura clásica, Bettina Reitz-Joosse y Han Lammers, fueron los encargados de traducir el texto original.
Se trata de una obra escrita por el erudito en estudios clásicos Aurelio Giuseppe Amatucci, y en ella presenta una construcción bastante cuidada sobre los orígenes de Benito Mussolini y su llegada al poder, a modo de glorificar el legado del régimen fascista como “salvador del pueblo italiano”. La forma en la que el texto engrandece esa época y el hecho de que está escrito en latín se ha interpretado como un intento de crear un nexo entre el pasado imperial romano y establecer la figura de Mussolini como un nuevo emperador, según consigna Daily Mail.
Sumado a todo esto, lo que más ha fascinado a los investigadores es la ubicación del cofre, pues pareciera haber sido situado bajo el obelisco para ser hallado solo en caso de que el régimen fuera destruido.
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