El extraño caso de la mujer cuyo ADN apareció en 40 escenas del crimen

Asesinatos, robos y drogas involucraron a quien parecía ser una asesina en serie. Tuvieron que pasar 16 años para llegar a una respuesta.

Es mayo de 1993 y la Policía de la localidad de Idar-Oberstein, Alemania, descubrie a una mujer anciana estrangulada en su departamento. La evidencia del crimen es una taza de té y el ADN que había en ella. 16 años tendrían que pasar para saber de quién eran las muestras biológicas contenidas en esa taza.

Taza de té

Es el año 2001 y un hombre fue asesinado en la ciudad alemana de Friburgo, luego de recibir una violenta golpiza. Esta vez, la evidencia es una muestra de ADN encontrada en un cajón de la cocina.

Los dos asesinatos están relacionados y se abre una investigación por una posible asesina en serie.

Es octubre de ese mismo año y la policía recibe el llamado por un robo en una boscosa zona en el área de Gerolstein. La evidencia esta vez es una jeringa con heroína. El mismo ADN estaba presente. El caso estaba casi resuelto: una asesina en serie con problemas de drogas.

Jeringa y heroína

Pasaron los años y aún no encontraban a un sospechoso. En octubre de 2011, el mismo ADN apareció en los restos de una galleta botada dentro de un carro que fue robado en  la ciudad de Budenheim.

El extraño fenómeno se siguió replicando el año 2004 en un robo de joyas en Arboi, Francia. El mismo ADN fue encontrado en una pistola de juguete. Así, sucesivamente, el mismo patrón se repitió 40 veces en distintas escenas de crímenes en varios países de Europa.

Forense con una pistola

Fueron alrededor de 20 robos de carros, motocicletas, casas y tiendas en Alemania y Austria, entre los años 2003 y 2007.

De hecho el 25 de abril de 2007, la oficial policía, Michele Kiesewetter, fue asesinada en la ciudad alemana de Heilbronn. Una vez más fue encontrado el mismo ADN de la mujer desconocida.

Los medios de comunicación la comenzaron a llamar “El fantasma de Heilbronn”.

La policía estaba confundida. No era lógico que el mismo ADN apareciera en distintos lugares, en distintos crímenes y que no tuvieran nada en común.

Es enero de 2009 y las autoridades alemanas ofrecen una recompensa de 300.000 euros por cualquier información que dé con la captura de la misteriosa asesina. En ese minuto fue declarada la mujer más peligrosa de Alemania.

Policía alemana

Dos meses después, en marzo de 2009, todo tomó un giro inesperado. El ADN de la asesina fue encontrado en el cuerpo quemado de un hombre que intentaba ingresar a Francia. Ahí comenzaron las preguntas. ¿Era un hombre y no una mujer el asesino? ¿Eran válidas las muestras de ADN que se tomaron durante estos años?

Química haciendo pruebas

Es diciembre de 2009 y la policía logró dar con la verdad. El ADN que se encontró en 40 escenas del crimen, y que estaba impregnado en los bastones esterilizados con las que se recogían las muestras, eran de una misma persona.

Pertenecía a una mujer. Una trabajadora de la empresa Greiner Bio One, que suministraba el material a los forenses. La mujer fue bastante descuidada al trabajar, posiblemente, sin guantes en la fabricación.

Bastoncillos

La policía alemana modificó sus procedimientos forenses, que en aquel tiempo otorgaban demasiado peso a la única evidencia que era el ADN.

Si bien el misterio de “El fantasma de Heilbronn”, se solucionó, aún quedan muchos crímenes que aún no se resuelven por el descuido de una empleada.

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