El millonario que perdió de la noche a la mañana su fortuna de 40 millones dólares
El hombre partió apostando 50 dólares en Las Vegas y logró una fortuna de 40 millones. Así fue como todo se derrumbó.
Un jugador profesional de juegos de azar llamado Archie Karas, se ganaba la vida jugando al billar y al póker en la conocida ‘ciudad de las luces’, Las Vegas, lugar que conoce a diario sobre el triunfo, pero también de la derrota, y estas vendrían siendo las dos caras que tuvo Karas, luego que lograra transformar 50 dólares en 40 millones de dólares, un apetitoso bocado para los jugadores.
La atracción del juego y las apuestas en Karas se remonta a 1992, cuando tenía 42 años. El hombre viajó hacia Las Vegas con tan solo 50 dólares en su bolsillo y con la enorme ilusión de poder por lo menos doblegarlo, así lo reveló el sitio ‘Celebrity Net Worth’.
Archie, que hasta ese entonces había trabajado como mesero en un restaurante en Los Ángeles, comenzó a paladear el dulce sabor de las apuestas con las mesas de billar, tanto le gustó este juego, que comenzó a perfeccionar sus habilidades, al punto de apostar y ganar dinero.
Tras su buena racha en el billar, su gusto fue hacia el póker, en donde logró una enorme habilidad con las cartas, con las que pudo ganar más de 2 millones de dólares.
Como todo lo que sube tiene que bajar, en diciembre del ’92 perdió todo en una apuesta, menos sus últimos 50 dólares, donde no perdió las esperanza, al contrario, le dio más fuerzas de partir rumbo a Las Vegas a probar un poco de suerte.
¿A qué se debía esta racha?
Ya cómodo en Las Vegas en el hotel y casino ‘The Mirage’, Archie Karas inició una racha conocida en el mundo del juego como ‘The Run’. En este hotel Karas se encontró con un amigo a quien convenció para que le prestara 10 mil dólares, él sabiendo de las grandes habilidades que Archie tenía, no dudó en que pasarle ese dinero, en pocas hora ya había triplicado esa cantidad, le devolvió a su amigo 20 mil y él se quedó con 10 mil para continuar con su racha en las mesas de billar.
Con una suerte imparable se encontró nuevamente con un conocido en el juego, quien se apodaba ‘Mr. X’, con quien comenzó a subir el nivel y apostar partidas de billar de 5 mil. Varios días transcurrieron hasta que esta competencia logró su punto de ebullición, alcanzando apostar 40 mil por ronda. Karas no salió muy favorecido, por lo que decidió saltar del billar al póker.
Los ánimos comenzaron a calentarse y ambos apostadores comenzaron a subir sus apuestas, lo que le permitió a Karas nuevamente recaudar en tres semanas 3 millones en ganancias, para luego reunir en tres meses 7 millones, un monto por el cual hubiese vivido tranquilamente durante toda su vida, pero la ambición era tal, que decidió apostar 5 millones en fichas para intimidar al resto de los jugadores.
El hambre de ganar lo hizo ir subiendo el monto de sus apuestas, comenzando a espantar a los mejores apostadores de la ciudad. Karas estaba en la cima de su racha, un día logró salir del casino con 3 millones en efectivo, para recaudar finalmente la no despreciable suma de 40 millones de dólares.
Todo lo que sube debe de bajar
La vida nunca deja de tener dos caras y la buena racha no dura para siempre, eso lo sabe muy bien Las Vegas. En las semanas siguientes Karas comenzó a perder casi todo lo que había ganado. En el juego Baccarat se le fueron 17 millones de su fortuna, en los dados otros 11 millones y en el póker 2 millones más, una dura caída que lo hizo retornar a Grecia para descansar y recuperar las ansias de ganar.
A pesar de la gran pérdida decidió volver a Las Vegas para encontrar nuevamente su racha ganadora, pero su oportunidad ya había pasado. Volvió a perder otros 10 millones y así las derrotas continuaron, en tan solo un mes ya había derrochado 40 millones en juegos de azar.
Todo esto no lo desmotivó, pero lo cegó completamente. Continuó jugando entre el ganar y perder millones en los siguientes 20 años, donde no pudo volver a conseguir su buena racha jamás.
Tal fue su fanatismo que en el 2013 la Comisión de Juego de Azar de Nevada lo añadió a la ‘lista negra’ en los juegos de azar, esto por haber sido descubierto marcando cartas en un juego de blackjack.
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