Encontró tres toneladas de oro y ahora podría ir a la cárcel porque se le “olvidó” dónde las guardó

Tommy G. Thompson es el responsable de uno de los hallazgos más importantes de esta época, pero también de una monumental disputa con la justicia.

Tommy G. Thompson es un brillante ingeniero que alcanzó la fama como uno de los cazadores de tesoros más astutos de la historia. Dueño de una notable inteligencia, es el responsable de uno de los hallazgos más importantes de esta época, pero también de una monumental disputa con la justicia.

Luego de años dedicado al estudio y trabajo en submarinos nucleares, en 1988 reunió a 160 inversores que confiaron en una ambiciosa expedición para recuperar del fondo del Oceáno Atlántico un tesoro que estaba abordo del S.S. Central America, un barco cargado con oro que naufragó en la costa de Carolina del Sur en septiembre de 1857.

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Una nota de Infobae explica que para llevar a cabo su empresa, el talentoso y barbón ingeniero construyó un robot submarino que bautizó como Nemo, para que se sumergiera hasta los 2.400 metros de profundidad donde se encontraba el botín del conocido “Barco de Oro”.

La expedición resultó todo un éxito. Thompson recuperó del fondo del Atlántico un total de tres toneladas de oro, correspondientes a monedas del siglo XIX y grandes barras del precioso metal, parte de las cuales correspondería a los inversores que financiaron su proyecto.

Pero el ingeniero no quiso compartir el tesoro y diez años después de que su fama lo convirtiera casi en un héroe nacional, los dos principales inversores lo acusaron de estafa. En el 2012 la justicia lo citó a declarar, pero Thompson había desaparecido, siendo catalogado por los investigadores como uno de los fugitivos más inteligentes de la historia de Estados Unidos.

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El cazador de tesoros se volvió invisible, hasta que finalmente en enero del 2015 fue hallado en un hotel de nula categoría junto a su novia. Como era de suponer, cuando fue encontrado no tenía en su poder el tesoro, para luego confesar que todo el oro estaba en Belice. Se comprometió a indicar el lugar exacto donde estaba, pero no cumplió.

El abogado de Tommy Thompson dijo a la corte que su cliente padecía de una pérdida de memoria repentina y que no recordaba dónde había dejado el oro. Fue acusado de simular la falta de memoria, se le impuso una multa de mil dólares diarios y podría estar confinado en una celda hasta que confiese dónde está el tesoro. Pero nadie cree que lo haga.

Fotos: Shutterstock.

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