Hace 2100 años naufragó este barco y lo que encontraron puede cambiar la historia

El hallazgo se realizó en el mismo lugar donde fue encontrado en 1900 el sofisticado mecanismo Anticitera, un misterioso aparato astronómico de la antigua Grecia.

En 1900 fue un grupo de pescadores de esponjas  los que dieron la sorpresa al realizar el hallazgo de un complejo reloj-calendario, una especie de computadora de la antigüedad para conocer el movimiento de los astros, denominado mecanismo de Anticitera, por encontrarse en el fondo marino frente a las islas griegas del mismo nombre, ahora son los arqueólogos de la Institución Oceanográfica Woods Hole y del Museo de Historia Natural de Dinamarca quienes impactan al mundo con un descubrimiento que esta directamente relacionado con el famoso naufragio que portaba el misterioso artilugio.

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El sofisticado aparato descubierto a principios del siglo XX a 55 metros de profundidad y que era parte del cargamento de riquezas de un barco mercante griego, tiene una serie de inscripciones en su engranaje, a través de los cuales los científicos han logrado determinar que era utilizado para hacer observaciones astronómicas, seguir los movimientos de los astros y a la vez emplearlo como calendario.

El naufragio donde fue encontrado el mecanismo de Anticitera tiene una data de 2.100 años, y aunque parezca increíble, el hallazgo realizado por el grupo de arqueólogos daneses el pasado 31 de agosto en el mismo lugar del hundimiento corresponde a restos humanos, lo que ha sido toda una sorpresa, dado el comportamiento marino a esa profundidad, donde abundan las corrientes y también por la erosión que provoca el paso de los años, consigna Gizmodo.

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A pesar de estas  condiciones, los huesos encontrados bajo un metro y medio de arena y piezas de arcilla rota están completos. De acuerdo a la información que ha sido dada a conocer por la Institución Oceanográfica Woods Hole, el hallazgo corresponde a restos parciales de un cráneo, tres dientes, dos huesos de los brazos, varias piezas de costillas y dos fémures, que aparentemente pertenecieron a la misma persona. La longitud de los restos indican que probablemente pertenecieron a un hombre joven, de unos veinte años, que bien pudo ser parte de la tripulación.

El siguiente paso es extraer el ADN de las osamentas, una compleja tarea que estará a cargo del experto en ADN antiguo del Museo de Historia Natural de Dinamarca, Hannes Schroeder, una labor que se iniciará una vez que las autoridades griegas lo autoricen.

Aunque anteriormente, en 1976, el famoso Jacques Cousteau realizó el hallazgo de restos humanos en Anticitera, solo los avances de conservación existentes en la actualidad permitirán obtener resultados para completar el genoma de los antiguos pobladores del mediterráneo.

Fotos:  EUA / WHOI /ARGO

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