La verdadera y científica razón por la cual no debes orinar en una piscina

Ya no se trata del mito de la misteriosa mancha que aparece en la piscina, al orinar dentro de ella. Es algo más preocupante.

Seguro que durante toda la vida has leído ese famoso cartel que dice “no orinar en la piscina”. Y, aún así, seguro muchos de ustedes rompieron la regla y dejaron parte de su ADN y sus desechos allí (y, es que a veces es inevitable…). Pero no debes hacerlo. La ciencia tiene una explicación bastante lógica y también un poco asquerosa para ello.

Familia en la piscina

Tiene que ver con la química del cuerpo humano en conjunto con los componentes que se utilizan para mantener una piscina limpia.

Como sabes, se emplean distintos tipos de cloro, alguicidas y blanqueadores, toda una batería de productos que cualquiera que haya decidido instalar una piscina en el fondo de casa conoce bien (y también conoce los gritos de sus padres cuando alguien se olvida el alguicida antes de unas largas vacaciones y al volver encuentra el agua verde…).

El problema está cuando algunos de esos tipos de cloro entran en contacto con el sudor humano, la suciedad que alberga nuestra piel y la orina, cuenta Gizmodo.

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Cuando esto sucede se crean ciertos elementos químicos llamados “biproductos de desinfección” (DPB). Estos químicos pueden causar la famosa irritación y enrojecimiento en los ojos que se produce cuando abrimos los mismos bajo el agua. Imagínense: todo eso que alguna vez pensamos tenía que ver con los productos de limpieza, en realidad tiene que ver con nuestro contacto con la mugre de otros nadadores.

Chica bajo el agua

Inclusive, los DPB están relacionados con problemas de asma si es que estamos en contacto constante con ellos (lo cual es un riesgo para los atletas y nadadores olímpicos).

Si bien es imposible evitar que se generen, ya que el sudor y la suciedad de nuestro cuerpo siempre están presentes, casi el 50% de los mismos se produce a raíz de la orina (o el urea que contiene) flotando en el agua. Lo cual quiere decir que evitar orinar en la piscina hace una gran diferencia.

Finalmente, el famoso “olor a piscina” (que uno siempre asociaba a la lavandina y el cloro) también se produce gracias a estos químicos, lo cual significa que proviene directamente del orín y la suciedad en contacto con el agua. Hay estudios que aseguran que una piscina tiene entre 30 a 80 mililitros de orina por persona, lo cual es francamente un montón.

Así que ya lo sabes: la próxima vez que te den ganas (y el agua esté tan tentadora) recuerda que es asqueroso, que hay toda una multitud de gente que quizás esté pensando lo mismo que tú, que vas a terminar nadando en algo más parecido al caldo que al agua, y por favor anda al baño a hacer tus necesidades.

O solo nos resta temer el día en que todas las piscinas se encuentren llenas de productos químicos que cambian de color con la orina, y allí ya no habrá escapatoria.

Fotos: Giphy / Shutterstock / South Park

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