Un caso de incesto en Estados Unidos ha obligado a la instauración de un juicio que deben enfrentar los dos involucrados, quienes, por ahora, no pueden estar juntos.
Monica Mares, habitante de Clovis, Nuevo México, se embarazó a sus 16 años. Como todavía era una adolescente, decidió poner en adopción a Carlos, su bebé recién nacido.
La vida de cada uno transcurrió normalmente, hasta que el hijo de Mares, ahora llamado Caleb Peterson, cumplió 18 años. Ambos tuvieron el deseo de conocerse y esto fue posible en la Navidad de 2015, después de que se contactaran previamente por Facebook.
Respecto a aquel momento memorable, Monica recordó en una entrevista para Daily Mail, que ella sintió mariposas en el estómago, cuando Caleb le llamó para pedirle que fuera a recogerlo a la casa de su padre adoptivo. Al llegar allí, “me encontré con él afuera y sabía que era él cuando vino hacia mí . Estaba llorando y me dio un abrazo. Era casi amor a primera vista , pero primero era el amor de madre”, expresó la mujer.
El joven, por su parte, señaló que no pasó mucho tiempo después del encuentro, para que empezara a enamorarse de su madre biológica. “Nunca tuve nada en toda mi vida y ella hizo todo lo posible para hacerme feliz, y después de una semana, o algo así, empecé a tener sentimientos por ella y creo que me enamoré”.
Luego de la aproximación filial surgió la atracción pasional, ya que Caleb decidió mudarse a vivir con Monica y esa circunstancia dio rienda suelta a un romance que ahora les ha llevado hasta instancias legales, debido a una denuncia anónima contra ellos. Según informa Infobae, en la demanda consta que “el joven declaró que su madre siempre tuvo mala suerte con los hombres y había estado en varias relaciones abusivas a lo largo de su vida, por lo que Caleb sintió que era su obligación cuidarla”, indica el documento en la corte.
Actualmente, los protagonistas de este incesto están impedidos de tener cualquier tipo de contacto, pero su deseo de continuar con su relación se mantiene intacto. “Él es el amor de mi vida y no quiero perderlo. Mis niños lo aman, toda mi familia lo hace. Nada puede interponerse entre nosotros, ni los tribunales, ni la cárcel, ni nada”, expresó Mares, quien, incluso, estaría dispuesta a perder el derecho de ver a sus otros 9 hijos, con tal de quedarse con Caleb.
“Honestamente, nunca pensé que íbamos a meternos en problemas por nuestra relación. Ella es adulta, yo soy adulto, y puedo tomar mis propias decisiones”, manifestó Peterson.
Ambos se han propuesto hacer público su romance, como una manera de defensa de las relaciones de Atracción Sexual Genéticas (GSA, por sus siglas en inglés). Esta conducta consiste en la atracción sexual entre parientes cercanos, como hermanos o medio hermanos, un padre y sus hijos, o primos de primer y segundo grado, que se conocen por primera vez como adultos.
Para finales de este año está prevista la instalación del juicio en este caso. Mares y Peterson podrían enfrentar una pena máxima de 18 meses de prisión, si el incesto que les involucra es confirmado.
Fotos: Monica Mares