Una mujer en Estados Unidos, quien afronta un drama personal, tuvo la suerte de cruzarse con un buen samaritano que le regaló un poco de optimismo.
Ernestina Nuñez acostumbraba caminar hacia la escuela donde trabaja, en San Petersburgo, Florida (EE.UU). En el trayecto, ella pasaba por un taller mecánico, cuyo dueño, Richard Newberry, siempre se percataba de la rutina de la señora.
Todo transcurría normal, hasta que un día, Ernestina iba llorando mientras cumplía con su habitual rutina. Esto le conmovió a Richard, quien no dudó en acercarse a ella, para averiguar qué le ocurría, según señala el sitio Newsner.
El hijo de la mujer, de nombre Daniel, había servido en la Marina de Estados Unidos. Sin embargo, debido al estrés post traumático después de una experiencia de guerra, llevaron al joven a quitarse la vida.
Richard buscó alguna manera de brindarle cierta alegría a la señora, y se le ocurrió una bondadosa acción. Al darse cuenta que Ernestina debía movilizarse a pie todos los días hacia su sitio de trabajo, él decidió donarle un automóvil que permanecía en su taller, valorado aproximadamente en 600 dólares.
“Le conté sobre mi pasado turbulento, que he estado en el mismo barco, sin hogar, sin saber qué hacer”, dijo Newberry, quien también pudo juntar 1.200 dólares con la ayuda de otras personas, para financiar el registro de vehículo, la colocación de placas y la adquisición de un seguro. “Estoy feliz de que pudimos conseguirle su coche y que quede asegurado”, agregó este ejemplar hombre.
La mujer no escondió su gratitud hacia Richard, manifestando que “es una cosa muy buena que ha hecho por mí”. Aunque esto no le permitirá tener de vuelta a su único hijo, Ernestina vivió una grata experiencia en medio de su tristeza y ahora su rutina se ha vuelto más fácil de sobrellevar.
Fotos: Captura de pantalla.
