¿Mi bebé seguiría vivo si no hubiera vuelto a trabajar? El mea culpa que te hará reflexionar

La difícil situación que vivió esta mujer y su reflexión sobre pasar más tiempo con los que amamos.

Amber Scorah es madre primeriza y le ocurrió un hecho que no se lo desearías ni a tu peor enemigo, pero lo que realmente quiso destacar la estadounidense es la reflexión que propone al final de su relato.

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La mujer comienza contando de sus meses de post natal en el que se recuperó del parto y donde tuvo cercanía y generó un vinculo con su bebé, el que lo llamó Karl.

A medida que se acercaba el fin de su licencia, evidenciaba su angustia por separarse de su primogénito, que se sentía afortunada porque tuvo más tiempo que muchas mujeres para estar con su hijo, pero aún así no creía que era suficiente.

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Luego de buscar junto a su esposo alguna opción viable para extender su periodo libre y poder estar más tiempo junto a Karl, Amber decidió contratar una guardería para dejarlo mientras  trabajaba.

El lugar se lo recomendaron varias personas, por lo que se sentía dentro de todo tranquila, pero inquieta por tener que cortar el vínculo por un rato.

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Al momento de ir a buscarlo, no podía creer lo que veía. Su hijo ” yacía inconsciente sobre un cambiador, con los labios morados. La propietaria intentaba aplicarle reanimación cardiopulmonar, pero lo hacía de manera incorrecta”.

De ahí en adelante, la protagonista no paraba de cuestionarse la responsabilidad de lo ocurrido.

Pincha acá para leer la carta que escribió luego de la muerte de su hijo.