Recibió un disparo en la boca durante la guerra Irak y pensó que no iba a volver a sonreír

Dustin Kirby, veterano de guerra de Irak, recibió el mejor regalo de Navidad que le pudieron haber dado.

Hace 10 años, a Dustin Kirby le pasó algo terrible mientras dejaba el punto de observación en Al-Karmah, Irak: en el momento en que se levantó, le llegó un disparo en el rostro. Y nunca imaginó que ese horrible accidente lo iba a dejar sin poder sonreír.

“Me puse mi equipo, ubiqué mi rifle por encima del hombro y cuando di un paso fuera de mi puesto todo se puso blanco”, explicó.

Y no tenía idea de nada. Fue todo tan rápido que no se alcanzó a dar cuenta de lo que estaba pasando, hasta que se llevó las manos a la boca y vio que no dejaba de sangrarle. No sintió nada de dolor porque el nervio sensorial había sido extraído, pero no podía respirar ni hablar. Él, por suerte, tenía conocimientos médicos, así que se hizo una traqueotomía para volver a respirar. Después de entender un poco mejor la situación y recuperar algo de lucidez, comenzó a recoger los pedazos de su mandíbula que habían caído al piso e inmediatamente fue trasladado a la base aérea de AlTaqaddum para ser atendido.

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El primer equipo de doctores que lo atendió le salvó la vida, sin dudas. Después se encargaron otros, y otros, y otros que intentaron reconstruir su rostro, pero no resultó. Incluso haciéndose 30 cirugías, nada funcionó. Ninguna logró hacer nada al respecto, además de comenzar terapias para que volviera a hablar, pero no era la vida que había imaginado.

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Para su fortuna, el director de reconstrucción de cirugía maxilofacial del Hospital Lenox Hill, David Hirsch, se comunicó con el veterano de guerra y le ofreció algo que no se había esperado: un tratamiento completamente gratis. Por supuesto, Dustin aceptó.

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“Su mandíbula no estaba alineada, tenía implementos infectados y objetos de metal sosteniéndolo todo, perdió gran parte de la glándula salival y sus dientes se estaban cayendo”, aseguró el doctor.

Después de tantas ocasiones en las que intentó buscarle solución al problema, por fin había llegado su momento. Dustin se sometió a cirugía en abril de este año y tuvo una nueva intervención en octubre. Y cada vez las cosas salían mejor: se removieron restos de metal y se pusieron implantes dentales, y todo terminó en un final feliz que el veterano nunca esperó. Finalmente, el doctor David Hirsch fue su última parada.

Hoy, luego de 10 años esperando, Dustin recibió el mejor regalo de Navidad: volver a sonreír. Definitivamente no hay mejor obsequio que ese.

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A continuación te dejamos el video de lo ocurrido:

Fotos: Lenox Hill Hospital – Facebook

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