Dormir es algo a lo que le dedicamos bastante tiempo, la media de tiempo dormido para una persona normal es de 8 horas por día, eso significa que dormimos aproximadamente un tercio de nuestra vida.
Irnos a la cama significa una serie de cosas. El fin de un día, haber terminado nuestras responsabilidades, etc. Sin embargo, cada vez que apoyamos nuestra cabeza en la almohada y nos disponemos a tener unos dulces sueños, experimentamos una pequeña convulsión. Un mini salto, o soñamos como si fuéramos a caer repentinamente. ¿Por qué pasa eso?
Existen muchos mitos que intentan explicar esa situación, algunos dicen que se trata de algún espíritu que nos está haciendo cosquillas, mientras otros piensan que se trata de una reacción del cuerpo luego de un largo y agitado día.
La mayoría de la gente siente esta “convulsión”. De hecho, el 60-70% de las personas sienten esta reacción justo un instante antes de caer en los brazos de Morfeo.
El movimiento puede ser tan simple como el sobresalto de un brazo o una pierna, o la sensación de caída. Algunas veces, el movimiento es tan fuerte que nos llegamos a despertar. Pero ¿porqué sucede esto?
La respuesta es bastante simple. Justo antes de que nos adentramos en el sueño profundo, entramos en un estado hipnogógico, el cual es la transición desde estar consciente a inconsciente. Suena como un simple fenómeno, pero en realidad son muchísimas cosas las que están ocurriendo dentro de tu cuerpo durante ese proceso.
Los científicos se refieren a este proceso como “mioclono”, que en definitiva es lo que nos hace sobresaltarnos de forma involuntaria.
Ya lo sabes, la próxima vez que sientas esta convulsión, sabrás que estás a punto de sumergirte en un sueño profundo.