Un grupo de hackers estuvo a punto de realizar uno de los robos más grandes de la historia.
Hay hackers buenos, que ayudan a detectar problemas de seguridad en los sistemas. Hay otros que son malos y que roban datos o dinero, y hay otros que escriben mal, y eso les cuesta caro. Es lo que le sucedió a este grupo de ciberdelincuentes.
Un error ortográfico en la instrucción a la hora de ordenar una transferencia bancaria ayudó a las autoridades a evitar el robo de cerca de mil millones de dólares al Banco Central de Bangladesh desde el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Y es que el hacker, que debía ordenar la transferencia de los dineros, lo haría a la cuenta de la Fundación Shalika, que se escribe en inglés “Foundation Shalika”. El problema es que escribió “Fandation Shalika” y saltaron las alarmas.