El hombre con VIH al que le pagan para que tenga relaciones sexuales con menores

Eric Aniva tiene 40 años y es considerado una “hiena”, hombres que cobran para realizar “limpieza” sexual de niñas que les haya llegado la regla. 

En algunas regiones aisladas del sur de Malaui, país del continente africano, existe una siniestra tradición que consiste en que le pagan a hombres, conocidos como “hienas” para que tengan relaciones sexuales con menores que les haya llegado la regla.

Es considerada una especie de “limpieza” y marca el inicio de su etapa como mujeres. Las niñas deben tener relaciones durante tres días y si se niegan, corren el riesgo, según la tradición, que la mala suerte caiga sobre sus familias.

La BBC ha recogido la historia de Eric Aniva, de 40 años y considerado como uno de estas “hienas” quien reconoce, ha tenido relaciones con al menos 104 mujeres y niñas.

Eric Aniva, le séropositif embauché pour avoir des relations s3xuelles non protégées avec… https://t.co/FtcZmKoDRW pic.twitter.com/jbpVIetv7I

— Face Afrique (@FaceAfrique) July 22, 2016

“La mayoría con las que he dormido son niñas que van a la escuela. Algunas tienen entre 12 y 13 años, pero las prefiero más mayores. Todas estas niñas encuentran placer en tenerme como su hiena. En realidad, sienten orgullo al decir a la gente que han estado con un hombre de verdad que sabe cómo complacer a una mujer”, explica Aniva.

Por cada “limpieza” a Eric le pagan entre 4 y 7 dólares y para que sea efectiva, la tradición dice que debe ser sin preservativo.  Esta práctica significa un alto riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, como el VIH, más aún en un país como Malaui, donde según la ONU 1 de cada 10 habitantes es portador de VIH.

Precisamente Aniva no es parte de la mayoría que ha evitado contagiarse, ya que reconoce ser positivo, aunque es algo que no explique a los padres de las jóvenes con las que se acuesta.

María es una de las niñas que ha tenido que pasar por esta “limpieza” sexual y reconoce que no hay nada que ella pudiese hacer. “Tenía que hacerlo por el bien de mis padres. Si me hubiese negado, miembros de mi familia podrían contraer enfermedades o incluso podrían morir. Así que estaba asustada”, dice la joven.

Fotos: Pixabay, Wikipedia