Hasta la fecha el joven ha perdido 147 kilos, dándole un giro de 360º a su vida llena de problemas y malos episodios.
A diario Earl Wallace observaba a Christopher Charron caminar por los pasillos de la Academia Nuview, en Estados Unidos. Con la cabeza gacha, escondiéndose debajo de ropa de gran tamaño, el joven de 15 años buscaba ocultar sus 244 kilos.
“Lo miraba y veía que el peso lo estaba obstaculizando y sentí que si le pudiera ayudar a perder el peso, él sería capaz de salir de su caparazón un poco”, comentó a Today Wallace, quien trabaja como consejero en la escuela.
Y es que Wallace tenía razón, puesto que hoy el joven de 17 años pesa 97 kilos y planea unirse al ejército cuando termine la preparatoria.
Con 244 kilos el chico se sentía miserable. Experimentó ansiedad social y permanecía encerrado en su habitación cuando amigos y familiares lo visitaban. También odiaba ir a la escuela porque la gente lo vería, por lo que no dudó en aceptar la invitación de Wallace de entrenar con él.
“Siempre quise perder peso, sólo que nunca tuve la motivación para hacerlo. Era muy flojo”, comentó el chico.
Pero eso no era lo único por lo que Charron estaba en esas condiciones, dado que empezó a ganar peso luego de un terrible trauma.
En diciembre de 2007 su padre apuñaló a su novia de mucho tiempo y terminó asesinándola. Luego intentó matar a los hijos, apuñaló a Charron, su hermano, hermana y a la hija de la novia. Los niños sobrevivieron; mientras que el padre se declaró culpable y fue condenado a 30 años de prisión.
Para su transformación, Wallace le dio al joven una estricta dieta que eliminaba carbohidratos y carnes rojas, basándose en gran medida en verdura, carnes magras y pescado. Charron, además, se inscribió al gimnasio.
Su primera semana fue dura, odiaba la dieta. Sin embargo, al ver los primeros resultados, justo a las dos semanas, se volvió a motivar. En 15 días había perdido 2 kilos y medio.
Dos años después de empezar el cambio, el joven ha perdido 147 kilos, entrenando 6 días a la semana levantando pesas y haciendo cardio.
“Estoy feliz de que él pueda tener una vida normal. Hoy me siento orgulloso. Él casi pierde a dos personas. Su personalidad cambió. Estoy feliz. Se lo ganó”, concluyó Wallace sobre el estado actual del chico al que le modificó la vida.
