Los nombres que la rompen entre los “cuicos” para los recién nacidos

La mayoría de las elecciones están fuera de la tendencia país, donde Sofía y Agustín se impusieron en 2015.

Muchos usan la palabra cuico como sinónimo de algo negativo, mientras que otros se siente orgullos de serlo. Lo cierto es que, independiente de la carga que pueda tener este apelativo, siempre representará a quienes viven en el barrio alto o tienen una condición socioeconómica mucho más favorable.

No sólo la comuna en que residen estas personas, tales como Las Condes y Vitacura, determinan que son ganadores de esta palabra, sino también el nombre que sus padres decidieron ponerles al nacer.

A nivel país, los nombres más utilizados en 2015 fueron Sofía y Agustín, pero en los lugares más acomodados la tendencia fue otra; informa El Dínamo.

Y es que los nombres bíblicos y la versión femenina de nombres que, generalmente, se utilizan en hombres son los que aparecen en las cifras del Registro Civil, entidad que reveló que María y José fueron los más preferidos de, como se dice comúnmente, Plaza Italia hacia arriba.

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Dominga, Olivia y Jacinta son nombres que lideran las listas en Las Condes y Vitacura, los cuales no están dentro de los 100 más utilizados a nivel país.

Lo mismo ocurren con Lourdes, Pascuala, Guadalupe, Candelaria y Begoña, los cuales también son populares en dichos sectores.

En el caso de los hombres, León, Clemente, Facundo, Domingo, Borja, Baltazar y Beltrán figuran entre los favoritos, al igual que los nombres vascos y españoles como Iñaki, Iker y Noah.

¿La explicación a esta diferencia? De acuerdo a la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Carmen Gutiérrez, se debe a que “al estar desempolvando nombres del pasado están tratando de traer la alcurnia, la colonia y todo ese periodo histórico de Chile”.

Por lo mismo, cuando ciertos nombres como Isidora o Martina se populariza, los sectores acomodados están constantemente buscando nombres más especiales para diferenciarse del resto de la sociedad, explica la psicóloga.