Se había rendido frente a la anorexia pero una carta lo cambió todo

La bailarina Emma Stokes no tenía ganas de vivir y sólo esperaba que el día pasara lo más rápido posible. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado. 

Emma Stokes, una bailarina de Huntington, Estados Unidos, se despertaba en las mañanas y luego de ir al gimnasio y arrastrarse a hacer clases de baile por 6 horas de corrido, lo único que esperaba a lo largo del día era que fuera hora de volver a dormir.

Luego de la muerte de su abuela en marzo del 2013, su peso cayó en picada y su salud fue progresivamente empeorando. Sentía que había perdido el control de su vida.

“Mi cuerpo se estaba apagando. Cuando la gente piensa en anorexia creen que es alguien que no come nada. Pero mi problema es que estaba bailando 3 o 4 horas al día y, además, yendo al gimnasio. Para el desayuno comía un Weetabix con una pizca de leche y agua. Para el almuerzo comía algo como un plato de vegetales y lechuga. Luego para el té comía un pedazo de pescado con lechuga.”

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A medida de que pasaba el tiempo, Emma iba sacando más grupos alimenticios de su dieta. Finalmente, se enfermó y tuvo que ser trasladada al Hospital Bowmere en Cheshire. A pesar de que crearon un plan de alimentación para ella e intentaron terapia, pero Emma no era capaz de romper sus malos hábitos.

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Durante todo este tiempo, su novio desde hace 2 años, Chris Weir, había sido testigo de cómo su novia se iba desintegrando. Y cuando finalmente terminó en el hospital, le escribió una carta por las razones por las cuales él quería que ella se mejorara.

Pincha acá para leer la carta.