Este mal hábito puede provocar molestias y problemas en la vejiga a largo plazo.
Aguantarte las ganas de ir al baño es una experiencia desagradable, que te mantiene inquieto, dando golpecitos en el suelo con tus pies y juntando las piernas. Pero no creas lo que dicen los mitos urbanos: tu vejiga probablemente no va a explotar. Probablemente.
Dicho eso, aguantarse el pis tampoco te hace un gran favor. Años de aguantarse las ganas de orinar pueden aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario y una condición llamada retención urinaria, en la que tu vejiga no se logra vaciar por completo.
Un investigador urológico de la Universidad de Minnesota, Gerald Timm, comentó a Popular Science: “La vejiga es como un estanque. No drenarla correctamente permite que las bacterias proliferen, y eso lleva a infecciones”.