10 cosas que sólo a los que viven en Santiago les ha pasado

Y es que ser parte de la población de la capital también tiene su lado divertido como esas situaciones que todos han vivido, aunque lo nieguen. 

Son cosas simples y cotidianas que le ocurren a cualquiera que viva en Santiago, sin importar si eres capitalino de nacimiento u oriundo de cualquier otro lugar.

Y es todos hemos pasado por estos hechos, ya sea en su totalidad o en gran parte de estos; los cuales fueron recopilados por Cívico.

1. Que se te cruce una paloma “kamikaze”: Ocurre cuando con o sin querer una persona interfiere en el objetivo de esta ave: la comida. En medio de su vuelo por conseguir alimento, la paloma ataca sin pensarlo dos veces. Puede pasar en cualquier calle de la capital, pero en las cercanías de Plaza de Armas las posibilidades son más altas.

2. Encontrarse con un profesor en la calle: En medio de tu caminar lo ves a lo lejos, llenándose tu mente de recuerdos de tu infancia o de la universidad, los que no te permiten evadir a tiempo el encuentro cara a cara. El diálogo siempre es el mismo: “¿qué es de ti?”.

3. Quedarse dormido en la micro: Ya sea sentado o de pie el cansancio no perdona, sumado al efecto adormecedor de los buses del Transantiago. El tiempo de descanso en realivo, algunos lo logran en sus 30 minutos de viaje y otros en las dos horas que los separa el trabajo de la casa. Lo más sorprendente de esto es cuando despiertas en el momento y lugar preciso en que debes descender de la micro.

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4. Cruzarse con la señora velociraptor en el metro: Y es la lucha por conseguir un asiento en el metro tiene una raza que siempre las protagoniza, la llamada señora velociraptor (ladrón veloz), quienes manejan todas las técnicas para apoderarse de su objetivo. No respetan a nada ni nadie, ni siquiera a la joven embarazada o a la madre que carga un niño.

5. Pololear en una plaza: Es el lugar por excelencia durante los amoríos, especialmente los adolescentes, para expresar amor y romanticismo. Son sede de diversas demostraciones de cariño, desde besos hasta un picnic. Los más clásicos son el cerro Santa Lucía, el San Cristóbal y Primo de Rivera.

6. Que te caiga agua de aire acondicionado: Vas caminando y sin esperarlo cae una extraña sustancia acuosa en tu rostro. Además de asqueroso resulta muy molesto, especialmente si andas caminando apurado.

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7. Hacerle cariño a un perro callejero: Y como no si parecieran ser la tercera población más grande de Santiago, por detrás de las personas y las palomas. Una pequeña muestra de cariño basta para que se vuelva un compañero de caminata, especialmente en la noche después de la fiesta.

8. Viajar en la micro con un perro: Como buenos habitantes de la capital, ellos también hacen uso del Transantiago. Ya sea sentado o echado, el can callejero se acomoda en la micro para hacer su trayecto, los que generalmente son más cortos de lo que esperábamos.

9. Ver al compadre Moncho en la calle y en varios lugares a la vez: Miles son las historias en torno a los encuentros furtivos con Adriano Castillo, más conocido como el Compadre Moncho. No sólo existen testimonios de su presencia en las calles, sino de que su aparición en dos lugares al mismo tiempo. Si se lo preguntas a tus amigos, de seguro te darás cuenta que más de uno se lo encontró a la misma hora en una misma fecha.

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10. Evadir el Transantiago: Ya sea a propósito porque no se está dispuesto a asumir los costos de un sistema de transporte excesivamente caro para su calidad, o porque la micro iba demasiado llena para hacerlo, evadir el pago del Transantiago es un clásico de clásicos que hasta el más correcto no puede negar.