Los peligros para el planeta que nadie conoce porque…están en chino

En algunos casos el idioma es el principal obstáculo para prevenir ciertas enfermedades.

Cuando los virus de la gripe aviar comenzaron a reaparecer en enero de 2004, un grupo de científicos chinos descubrieron que la HRN1, una de las cepas, había infectado a los cerdos. La revelación era preocupante, pues expertos habían afirmado que este animal funcionó como trampolín al ser humano en la pandemia de gripe de 1918, que mató a más de 40 millones de personas. Sin embargo, en 2004 pocos tuvieron conocimiento de esto, ya que estaba en chino.

De acuerdo al sitio El País, los científicos del Instituto de Investigación Veterinaria de Harbin, en el noroeste de China, publicaron dichos resultados en una revista que estaba escrita en chino. Debido a esto, la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura se enteraron del anuncio más de medio año después. Lo anterior deja en claro que la humanidad corrió peligro por las barreras lingüísticas.

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El equipo de trabajo del biólogo español Juan Pedro González Varo, demostró que los idiomas continúan siendo “un obstáculo importante” en la ciencia global.

Los profesionales indagaron todos los documentos científicos que trataran sobre la conservación del medio ambiente, publicados en 2014 en los principales idiomas. Los resultados fueron sorprendentes: de un total de 75.000 documentos, solo el 64% estaba en inglés, la “lengua franca” de la ciencia. Un 13% estaba en español, 10% en portugués, 6% en chino y 3% en francés.

Los autores del estudio manifestaron que “en teoría, centrarse solo en la ciencia escrita en inglés podría omitir el 36% de los conocimientos existentes”.

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Por otro lado, el no tener conocimiento del inglés también restringe al momento de estar al día con los estudios. Una encuesta efectuada por los mismos autores a 24 directores de áreas protegidas en España, arrojó que el 54 reconoce al idioma como una obstáculo en este tipo de situaciones.

De acuerdo a González y su equipo, “las barreras lingüísticas son particularmente un serio problema en las ciencias ambientales”. En esa línea, advierten sobre la aparición de posibles sesgos y proponen que las revistas especializadas cuenten en sus sitios web con resúmenes traducidos a los principales idiomas.

“Traducir cuesta dinero. Las revistas pueden pedir ese dinero a los autores o perdonárselo, si demuestran que no tienen recursos suficientes”, sostiene González.

Fotos: Shutterstock.

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