La explicación de por qué es el mes más corto del año está relacionada al origen del mismo calendario.
De seguro más de alguna vez te has preguntado qué pasa con febrero. ¿Por qué no tiene 30 0 31 como los demás? La explicación está directamente relacionada con el origen del mismo calendario que utilizamos a diario para saber qué día estamos viviendo.
La historia dice que febrero terminó teniendo 28 días porque, para los romanos, su propia existencia fue una idea tardía. En el siglo VIII a.c. utilizaban el calendario de Rómulo, que tenía 10 meses y arrancaba el año en marzo. Esa fecha marcaba el equinoccio de primavera y terminaba en diciembre.
Tan sólo cuatro de esos diez meses tenían 31 días, con lo que el año total sumaba 304 días. Básicamente, sesenta menos de los que tenemos ahora. Pero en el año 713 a.c., el rey Numa Pompilio decidió alinear el calendario con los ciclos lunares del año. El total de estos ciclos es de doce vueltas en un lapso de 354 días. En ese momento se necesitaban entonces dos agrupaciones de meses extra. Por este motivo se introdujeron enero y febrero. La particularidad es que estos se agregaron al final del calendario, y febrero quedó como último mes.
Los romanos eran supersticiosos, y creían que los números pares podían traer mala suerte. Por ello, Numa trató de hacer que cada mes fuera distinto del otro. El problema es que para alcanzar la cuota de días exigidos por los ciclos lunares, 355, uno de los meses tenía que ser par. El honor recayó en febrero al que le tocaría tener menos días, con toda seguridad por ser el último en la lista. Y quedó con 28.
Pero pasaban los años y las estaciones comenzaron a desajustarse con los meses, entonces volvieron a acomodarlo. Se invirtió el orden de enero y febrero y se añadió cada dos años un mes intercalar, el mercedonio, llamado así porque era cuando los mercenarios recibían su salario, publica el sitio Gonzoo.
Este parche era un tanto inconsistente y rompía los esquemas de orden que tenían previsto en muchas facetas de la vida regida por calendario. Fue Julio César quien alineó el calendario con el sol y añadió unos días para que todo se sumara a 365. Ahora el año empezaba en enero y los meses eran prácticamente iguales a cómo los conocemos. Introdujo el año bisiesto, al que se le añadiría un día; aunque febrero ya no era el último mes del año, pero por tradición, al ser más corto, se le seguiría añadiendo ese día adicional al final.
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