Salió de su avión para arreglar el ala a 4 mil metros de altura mientras era perseguido por los nazis

La extrema acción de James Ward, hizo que recibiera la “Cruz Victoria”, la condecoración militar más alta al valor “frente al enemigo”.

James Ward, quien nació en 1919 en Wanganui, Nueva Zelanda, recibió a los 22 años la Cruz Victoria, la condecoración militar más alta al valor “frente al enemigo” de todos los reconocimiento británicos. Esta medalla solo se entrega por actos que conlleven un importante riesgo para la propia vida.

Ward, quien formaba parte de la escuela de pilotos en Wigram y Taieri, jamás pensó que el 7 de julio de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, su vida quedaría marcada para siempre. Y es que aquel día, a bordo del Wellington Mark IC, Ward y la tripulación tenía que cumplir una específica misión que, hasta cierto momento, fue de las más simples que habían tenido: el avión dejó caer sus bombas sobre la zona seleccionada y luego comenzó su viaje de regreso.

ward cuatro

Sin embargo, todo cambió cuando Ward divisó a lo lejos una mancha negra que cada vez se iba haciendo más grande. Por la cola del bombardero se acercaba un caza alemán, por lo que de inmediato tomó la radio interna para comunicarle la noticia al piloto, no obstante, esta no funcionó, según indica el sitio Gizmodo.

Sumado a esto, los alemanes comenzaron a disparar, lo que complicó aún más cualquier maniobra que pudiera llevarse a cabo. Luego del ataque, los tripulantes comenzaron a evaluar la situación y se dieron cuenta que esta era deplorable: era imposible realizar un aterrizaje “normal”, sobre todo por el fuego que se formó en la superficie superior del ala derecha, donde también había una fuga de combustible.

ward dos

Fue aquí donde Ward, luego de descartar otros planes, tomó la decisión de llevar a cabo una peligrosa operación: con ayuda de una cuerda, que tenía el largo necesario para mantenerlo unido al bombardero cuando estuviera en el exterior, decidió salir para intentar apagar el fuego, a 4 mil metros de altura.

ward tres

Ward se sentó en el borde de la cúpula de la cabina, tomó un hacha, acercó un pie al exterior y golpeó sobre la tela externa que cubría el fuselaje, creando así un agujero para introducir su pie en el marco del avión. Repitió esto hasta llegar a las llamas y una vez allí, con la tela que servía de funda para los motores, empezó a apagarlas. Tras unos minutos, lo consiguió.

Pese a que el depósito continuó perdiendo combustible, calcularon que podrían llegar sin mayores problemas a su destino. Ward, por su heroica hazaña, recibió incluso las felicitaciones del primer ministro Winston Churchill.

Lamentablemente, semanas después, el 15 de septiembre de 1941, Ward falleció pues el avión en el que iba fue alcanzado por artillería antiaérea alemana.

Fotos: Wikimedia Commons.

pixel