Se sentía tan avergonzada de recetar dietas a sus pacientes que perdió más de 60 kilos en un año
Cada vez que tenía que enfrentarse a uno de sus pacientes se sentía hipócrita y temía no ser tomada en serio por estos.
Katie Burgauer, en su adolescencia, llevaba una vida normal y su peso nunca fue tema. Sin embargo, cuando entró a la universidad a estudiar enfermería, los kilos se dispararon debido a su dieta basada en comida chatarra.
A la edad de 26 años, cuando ya se encontraba ejerciendo su profesión, tenía que pedir su uniforme en talla XXL, lo que la acomplejaba de gran manera.
Su conocimiento respecto a temas de salud es amplio, por lo que siempre supo que el sobrepeso venía acompañado de graves enfermedades. Sumado a esto, comenzó a sentirse hipócrita pues debía recomendarle a sus pacientes que hicieran dietas para mejorar su estado.
Como su trabajo siempre ha sido su mayor pasión, decidió hacer algo al respecto.
“Era muy difícil para mí trabajar como enfermera y decirle a los pacientes qué debían comer, teniendo sobrepeso. Me escuchaba y pensaba que yo debía estar haciendo lo mismo. ¿Cómo me iba a tomar alguien en serio?”, precisó, según indica el sitio Mirror.
Pese a que tuvo la intención de comenzar a ejercitarse y comer más sano, su cuerpo no le respondía bien y cada kilo que perdía, la dejaba con piel colgando. Por ello, le pidió ayuda a sus compañeros de trabajo para adquirir una banda gástrica.
De manera posterior, cambió radicalmente su dieta y ahora esta se basa en frutas y verduras. Gracias a esto, en un año logró perder 61 kilos.
No obstante, Katie quiso dar un paso más allá y se sometió a una cirugía para eliminar el exceso de piel que quedó tras el exceso de peso. “Ahora soy como otra persona en mi uniforme. Me siento fantástica y siento que los pacientes escuchan cuando les digo algo”, afirmó.
Fotos: Instagram.
