La violenta técnica de manipulación que algunos ocupan para terminar una relación sin sentir culpa

Se trata de Gaslighting,  una forma de abuso psicológico que consiste en presentar información falsa para hacer dudar a la pareja de su percepción o criterio.

En la película francesa Amélie, la protagonista, caracterizada por Audrey Tautou, se venga del vendedor de fruta cambiando algunos objetos de su casa. Todo para hacerle creer que no percibe las cosas como antes y que podría estar volviéndose loco.

Eso se llama Gaslighting y es una forma de abuso psicológico que consiste en presentar información falsa para hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción o de su criterio.

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El término proviene de la obra de teatro británica Gas Light, de 1938, en la que un hombre intenta convencer a su mujer de que está loca, manipulando pequeños objetos de su entorno e insistiendo constantemente en que ella está equivocada o que está padeciendo lagunas de memoria cada vez que ella menciona estos cambios.

Este tipo de abuso es recurrente que aparezca en las relaciones de parejas donde hay manipulación de uno hacia el otro. Muchas veces quien utiliza este violento truco no está consciente de que lo usa. Inconscientemente quiere poner término a la relación, por lo que comienza a buscar excusas para convencer al resto y a él mismo que el amor se apagó.

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Generalmente el primer paso comienza con una mentira que se vuelve “real” al insistir constantemente que el otro está equivocado, poniendo en duda su memoria, criterio y percepción de las cosas. Con el tiempo las discusiones se vuelven más recurrentes e intensas. Esto se suma a comentarios como “no eres la misma persona” o “te comportas de manera extraña”.

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El engaño, se lleva luego al círculo cercano, para convencerlos con “hechos concretos y reales” que la relación debe terminarse. Esta mentira también la cree la misma persona que utiliza el Gaslighting. De esta forma, se libera de culpa y se convence que la persona que quiere ponerle fin a todo no es él sino que la pareja. Al final se logra el objetivo de terminar una relación y no quedar como el “malo de la película”.

Foto: Shutterstock/Wikipedia

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