Durante meses no pagó el arriendo de su departamento y cuando quisieron desalojarla descubrieron algo macabro

La inmobiliaria a cargo del alquiler dio la orden de desalojo, luego de no recibir los pagos que hasta ese entonces habían sido sagrados. 

Hace siete años que nadie sabía nada de María del Rosario, una vecina de Coruña (España), que se evaporó misteriosamente, sin dejar rastro y sin avisar a alguien. Las ventanas de su departamento estaban sucias, con polvo de muchos años. Todos se preguntaba, ¿dónde estaba la mujer?

Era lo mismo que se cuestionaba la agencia inmobiliaria que le alquiló la vivienda a la mujer, desde donde decidieron desalojar a la mujer por deber la renta. Con la ayuda de la policía, el pasado lunes fue la fecha escogida para esto.

Ese día los agentes tocaron, pero nadie abrió la puerta, por lo que decidieron forzarla para ingresar a la casa. Al hacerlo, fueron las primeras personas en ver algo realmente macabro: María del Rosario estaba tumbada en el pasillo de la casa, muerta.

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No presentaba ningún signo de violencia, su fallecimiento habría sido por causas naturales. Pero lo que más llamó la atención a los policías fue el estado del cuerpo de la mujer, pues tenía la piel tan seca como hijas y los tejidos externos se le habían cuarteado. En otras palabras, su cadáver estaba momificado.

María del Rosario fue vista por última vez en 2010, poco después que su madre falleciera. “Estaba en la calle, en la puerta de casa. Dejó el coche fuera y entró sola en el portal. Estaba muy triste. Acababa de morir su madre. Fue la última vez que la vi”, contó una de sus vecinas a El Español.

Y aunque algunos se preguntaban por su paradero, a raíz de la suciedad que acumulaba su automóvil y de las cartas que se arrumbaban en su buzón, nadie hizo nada más allá de preguntar en la inmobiliaria si tenían alguna noticia de ella.

“Hace año y medio, fui a renovar el contrato del departamento. Le dije allí: ‘Yo, para mí que a esta chica le pasó algo’. Allí me respondieron al igual que otros que preguntaron por ella: ‘Mientras siga pagando, estará bien’”, detalló otro de sus vecinos.

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Lo más insólito es que durante los siete años que ha estado muerta, de acuerdo a la Guardia Civil de Coruña, el alquiler seguía pagándose religiosamente. Más de 30 mil dólares salieron de su cuenta corriente sin problema, hasta que hace unos meses la inmobiliaria dejó de recibir el pago. Ahí fue cuando ordenaron el embargo, le cortaron la luz y el agua.

Respecto a su vida personal, María del Rosario estaba divorciada, tenía trabajos temporales y escasa vida social, lo que se acentuó cuando falleció su madre, pues entró a un profundo estado de depresión. Alguna vez tuvo pareja, pero rompió con ella.

Hasta ahora, nadie ha reclamado su cuerpo, pues los vecinos no le conocían más familia que su progenitora. Nadie ha preguntado por ella durante siete años, por lo que el destino de su cuerpo estará a cargo de la municipalidad si es que no aparece alguien para reclamarlo.

Fotos: Shutterstock / Reproducción El Español

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