Es una herramienta Montessori para esos momentos en que tu hijo tiene un conflicto interno o externo.
Cuando conocí La mesa de la paz, inmediatamente la puse en práctica, ya que el método Time Out no me convencía del todo. Pero, esta herramienta Montessori, me ha causado muy buenos resultados con mis hijos, con quienes practico la crianza respetuosa.
La Mesa de la Paz es un recurso que ayuda al niño en situaciones como estrés, rabia, agobia, tristeza, frustración o para resolver conflictos con sus hermanos, amigos e incluso con los padres.
Consiste en una mesita con dos sillitas del tamaño del niño o también puede ser lugar de fácil acceso para él, donde se sienta cómodo, pueda relajarse, pensar y expresar sus sentimientos. La idea es que en este espacio hayan elementos que ayuden a la relajación como:
1 frasco de la calma
1 libro relacionado con la expresión de las emociones
1 platita natural
1 reloj de arena
1 instrumento
1 collar de cuentas
o un objeto agradable para sostener en las manos
y una campana para que el niño la toque y avise que se siente mejor.
Tú puedes elegir los objetos que más se acomoden y agraden a tu hijo, según su personalidad e ir adaptándola siguiendo un poco tu intuición.
¿CÓMO USAR LA MESA DE LA PAZ?
Lo primero que debes saber es que es un lugar voluntario, donde se invita al niño a utilizar ese espacio cuando lo veas en estados emocionales irregulares. Ya que obligarlo sólo hará que rechace el espacio.
Se utiliza en dos instancias:
1.- Cuando el niño tiene un conflicto interno.
Es decir, siente una emoción como rabia, pena, frustración, etc. En este caso, entrégale uno de los objetos agradables para que lo tome y observe con el fin de bajar el momento de estrés. De esta forma, podrá centrarse, equilibrarse.
Explícale que la campanita la puede tocar cuando se sienta mejor o puede llamarte para avisar. Luego acércate y pregúntale si quiere conversar de lo que siente, sin obligarlo. Te cuente o no, abrázalo, dale un beso y dile cuánto lo amas e invítalo a continuar con alguna actividad.
2.- En el caso de que el conflicto sea externo.
Ya sea una pelea de hermanos, padre o madre e hijo, amigos. Esta instancia es ideal para enseñarles a resolver conflictos desde el corazón, sin pelear, aprender a expresarse con respeto hacia la otra persona.
Sienta a los dos niños, padre e hijo, etc. Y por turnos se da la palabra para que cada uno se exprese, pueden tener uno de los objetos en la mano para dar la palabra. En el caso de niños pequeños, debe haber un adulto para intervenir.
Si el conflicto sube de intensidad, puedes utilizar el reloj de arena para bajar las emociones.
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Fotos: Shutterstock
