“Prohibido tocar a estos pacientes”: La extraña “enfermedad” que engañó a los nazis y salvó a miles

Tras la ocupación alemana en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de doctores ideó el plan perfecto para evitar la muerte de los judíos. 

Una extraña y desconocida enfermedad apareció en Italia en 1943, cuyos síntomas eran terribles, contagiosos y mortales, obligando a que los pacientes que la sufrían estuvieran en cuarentena.

Los primeros casos del llamado Síndrome K se registraron en el otoño de dicho año, en medio del envío masivo de judíos a campos de concentración, a raíz de la ocupación nazi en dicha nación europea.

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En dichas prisiones, los detenidos eran analizados por un grupo de médicos, en el que nació una insólita idea que permitió salvar decenas de vida. ¿El método? Una enfermedad contagiosa y tan mortal que los soldados alemanes no se atrevían a acercarse a los afectados.

Todo comenzó tras un asalto nazi a un gueto judío, cuyos habitantes acudieron al hospital Fatebenefratlli para refugiarse, donde los médicos Vittorio Sacerdoti y Giovanni Borromeo elaboraron un plan para diagnosticarlos con el Síndrome K, la que no existía en ningún libro de medicina, puesto que no era más que una mentira.

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La verdad es que el nombre era una clave inventada por Sacerdoti y el activista antifacista Adriano Osscini para distinguir a los pacientes reales de los judíos escondidos sin ningún problema de salud. Pero la idea tendría éxito sólo si los nazis confiaban en que la enfermedad era letal.

Ante esto, los doctores inventaron situaciones con las cuales explicar el carácter peligroso del síndrome. Por ejemplo, decían que en los estrechos vagones de los trenes de deportación un enfermo podía infectar a todos a bordo, incluyendo los militares.

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Además, en los hospitales se crearon salas especiales llenas de “víctimas” con carteles en los que se podía leer claramente: “Prohibido tocar a estos pacientes”.  Asimismo, le pidieron a muchos niños que tosieran violentamente en el momento que ocurrías las inspecciones nazi en los recintos de salud.

“La enfermedad se marcó en los informes de los pacientes para indicar que el enfermo no estaba enfermo en absoluto, simplemente era judío. Creamos esos documentos para ellos como si fueran pacientes ordinarios, y en el momento en que tuvimos que decir qué enfermedad sufrieron decíamos que tenían el síndrome K. Aquello significaba que ‘estoy admitiendo a un judío’, como si estuviera enfermo, pero sabiendo que estaban sanos… La idea de llamarlo Síndrome K fue mía”, fue la explicación que dio Osscini años después de que se acabara la ocupación nazi.

El hecho que se llamara “K” no fue aleatorio, ya que con esa letra se referían a Albert Kesselring, el comandante alemán que estaba a cargo de la ocupación italiana de Hitler. Además, también fue por Herbert Kappler, el jefe de la SS responsable de los asesinatos en masa; consigna Gizmodo.

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La verdad sobre el llamado Síndrome K no se reveló hasta 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, dejando en claro que el plan había funcionado y que miles de alemanes cayeron en la trampa, permitiendo así que miles de judíos se salvaran de la muerte.

Fotos: Wikipedia / Pixabay

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