Quedan menos de 10 ejemplares y están a punto de desaparecer por culpa de los humanos

Según los científicos, quedarían menos de diez ejemplares de este cetáceo y es por eso que deben hacer algo urgentemente, aunque tal vez ya sea demasiado tarde.

La Phocoena sinus o vaquita marina es el integrante más pequeño de la familia de los cetáceos, entre los que se encuentran la ballena, el tiburón y el delfín, entre otros. Estos animales suelen encontrarse en las aguas de Estados Unidos y México, y es por eso que científicos de ambos países se unieron para encontrar una solución a su inminente extinción.

Fue así como se formó el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), luego de que dos de estos mamíferos marinos fueran encontrados muertos en menos de una semana. El objetivo de esta organización es tratar de rescatar del mar a los pocos ejemplares que quedan y cuidar de ellos en cautiverio.

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La casi extinción de la vaquita marina se debe a que, desde el 2011, pescadores ilegales instalan sus redes al Norte del Golfo de Baja California, hábitat de esta especie y de otro pez llamado totoaba, del cual extraen su vejiga que es muy cotizada en China, donde se vende a un altísimo precio que alcanza los 10.000 dólares por kilo, por sus presuntos poderes curativos.

Las vaquitas quedan atrapadas en las redes y mueren ahogadas intentando escapar. A pesar de que las autoridades mexicanas han prohibido el uso de este método de pesca e incluso le han pagado a algunos pescadores para que no ronden el área donde habita el pequeño cetáceo, las medidas no han funcionado y la justicia no ha dictado penas por el comercio clandestino de la totoaba.

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Otro problema biológico de las vaquitas marinas es que las hembras jóvenes logran la madurez sexual a los dos años y el período de gestación también es de dos años para dar a luz a una sola cría, por lo que todo el proceso de reproducción tarda demasiado tiempo. Es por esto que no se tiene la certeza de que en cautiverio se puedan preservar, pero es la única solución que existe para los ambientalistas.

La bióloga marina Bárbara Taylor, integrante de CIRVA, dio a conocer que tal vez queden uno o dos de estos cetáceos vivos, de acuerdo a las evidencias del monitoreo acústico que se ha hecho de cada ejemplar. Por esto indicó que:

“Cualquier vaquita que no sea sacada de su peligroso hábitat probablemente morirá y rápidamente. Es una situación desesperada.”

En tanto, la veterinaria Frances Gulland, integrante de la Comisión de Mamíferos Marinos del gobierno estadounidense, advirtió en The New York Times:

“Ésta es una extinción directamente causada por los humanos. Si hay lección alguna aquí es que no podemos manejar a los humanos.”

Hasta el momento, nunca ha sido capturada ninguna vaquita viva, porque se trasladan rápido, son pequeñas y su comportamiento es difícil de rastrear. Pero aún están las esperanzas puestas en el milagro de encontrar una y poder salvarla.

Fotos: Wikipedia / Capturas de video

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