Será sepultada por tercera vez y la historia es tan increíble que movilizó a todo un pueblo

El caso ameritó una extensa y exhaustiva investigación a cargo de una experta en genealogía.

Fue en mayo de 2016, mientras se realizaban unas reparaciones en la estructura de una casa, en San Francisco, Estados Unidos, que se hizo el increíble hallazgo. Los obreros desenterraron el ataúd, que en su interior conservaba en perfecto estado el cuerpo de una niña, a pesar de que había muerto hacía 145 años.

Cuando la encontraron una rosa roja permanecía en su mano. Su piel y su pelo estaban en perfectas condiciones y un tejido de flores de lavanda adornada su cabeza, imperturbable al paso del tiempo. La niña, de tres años, había sido uno más de los enterrados en el viejo Cementerio Odd Fellows que en 1920 había sido trasladado. Pero se olvidaron de ella.

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La propiedad donde fue desenterrada pertenece a Ericka Karner, quien nada sabía sobre la presencia de un cadáver en su garage, hasta que se realizó el hallazgo. Los vecinos del condado hicieron una campaña y le dieron una nueva sepultura. Incluso, como no tenían idea de la identidad de la niña, la bautizaron como Miranda Eve.

Posteriormente, Elissa Davey, genealogista y fundadora del Proyecto Jardín de la Inocencia, dedicó el año a rastrear datos que pudieran confirmar de quién se trataba. Finalmente, con ayuda de registros históricos del Cementerio Odd Fellows y de la composición del ADN de la pequeña -realizado por la Universidad de California, Santa Cruz-, logró develar el misterio.

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El nombre de la niña era Edith Howard Cook. Davey logró además determinar su árbol genealógico. Era hija de Horatio Nelson y Edith Scooffy Cook. Pero también había más sobre su historia: murió el 13 de octubre de 1876 a los dos años, diez meses y 15 días. Dos días después le dieron sepultura en la sección que la familia tenía en aquel cementerio, publica Infobae. 

Según los registros, la niña murió de “marasmo”. En aquella época era el término utilizado para expresar una severa desnutrición, causada por diversas circunstancias. El estudio genético determinó que tres meses antes de su muerte comenzó a experimentar la desnutrición que finalmente le provocó la muerte. Finalmente, el 10 de junio se hará un tercer y definitivo servicio funerario, para que la niña quede sepultada con su verdadero nombre.

Fotos: Ericka Karner.

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