Toda la verdad sobre la contundente dieta metabólica de 28 días

La nutricionista Haylie Pomroy ideó una de los planes alimentarios más populares del momento. Se trata de una rutina orientada a alterar el ritmo del cuerpo y quemar calorías más rápido. Las comidas, infusiones y el tipo de ejercicio clave.

Opciones de dietas hay muchas. Algunas se basan en suprimir cualquier tipo de procesado, otras en reducir los carbohidratos. Las más extremas proponen directamente no consumir nada durante gran parte del día. Clásicas o modernas, estrictas o más flexibles, fugaces o extendidas en el tiempo, entre el amplio abanico de alternativas uno de los planes alimenticios más populares es la del metabolismo acelerado.

El metabolismo se define como una serie de procesos físicos y químicos que ocurren a nivel celular y convierten a los nutrientes de los alimentos en energía para que el organismo cumpla con las funciones básicas como respirar, caminar y mantener la temperatura corporal.

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“El metabolismo serían las condiciones por las cuales un organismo empieza a tener vida. Sin metabolismo no hay vida. Por ejemplo: si tienes un auto y enciendes el motor en punto muerto, ese es el metabolismo. A partir de ahí vienen las velocidades”, ejemplificó el doctor Rubén Mühlberger, médico especialista en antiaging.

“Cuando hablamos del famoso: ‘como poco y engordo o por más que coma no subo de peso’, el metabolismo es uno de los grandes responsables de esas afirmaciones”, acotó el experto. Algunas comidas e infusiones, y sobre todo el ejercicio, alteran el ritmo del cuerpo y las calorías se queman más rápido. La energía que proviene de alrededor del 70% de las calorías quemadas al día se destinan a sostener las funciones básicas del cuerpo.

El metabolismo se activa después de la digestión. Las enzimas (moléculas que se encuentran en el sistema digestivo) descomponen las proteínas en aminoácidos, las grasas en ácidos grasos y los hidratos en azucares simples. Luego estos compuestos son absorbidos por la sangre, que los transmite a las células.

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Con este proceso orgánico, la dieta en cuestión busca acelerar el metabolismo porque de ese modo las calorías se queman más rápido y en forma más efectiva, aun estando inmóvil. Es una forma de aumentarlo sin tener que realizar actividad física y cardiovascular regularmente, el método más sano y conveniente.

El envejecimiento, la falta de sueño, los suplementos alimenticios y las dietas extremas son factores que enlentecen el metabolismo. Por el contrario, algunas comidas e infusiones -además del ejercicio físico intenso- alteran el ritmo del cuerpo y las calorías se queman más rápido.

Claves del afamado régimen alimenticio

A raíz del reciente caso de Malena Guinzburg (contó en las redes que bajó 5 kilos en 28 días), la dieta del metabolismo acelerado recobró difusión. El plan creado por la nutricionista Haylie Pomroy tiene como meta perder hasta 10 kilos en un mes, acompañado de una rutina física.

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El punto esencial es comer varias veces al día (al menos cinco). Realizar colaciones entre comidas aumenta el metabolismo y la consecuente quema de calorías. Algunos alimentos permitidos para conseguir que el organismo elimine el exceso de grasas acumuladas son el arroz rojo, la comida picante, el té verde o la espinaca. Se aconseja la ingesta de mucha proteína, debido a que tienden a ser más difíciles de digerir y requieren más trabajo enzimático. Además, beber dos litros de agua por jornada.

En tanto, por el lado de los prohibidos figuran los lácteos, azúcar, trigo, maíz, café o productos con cafeína. También en ciertos momentos (la noche) las frutas, ya que favorece el aumento de peso. “Las frutas tienen muchas propiedades energéticas que ayudan acelerar el metabolismo pero esto es bueno si estamos en movimiento porque si no solo pasan a ser guardadas y se acumulan en el organismo en forma de grasa”, dijo Susana Zurschmitten, licenciada en nutrición con orientación naturista.

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El programa consiste en dividir la semana en tres fases.

Fase 1 (lunes y martes): etapa en la que se consigue acelerar el metabolismo incorporando carbohidratos complejos, azúcares naturales, vitamina B y C. Nada de grasas y proteína en cantidades moderadas. El ejercicio físico adecuado: cardiovascular intenso.

Fase 2 (miércoles y jueves): se trata de desbloquear la grasa saturada del organismo. Se debe comer proteínas (carne magras y pescado) con vegetales y hortalizas alcalinas. En este caso la actividad conveniente son los entrenamientos de fuerza.

Fase 3 (viernes, sábado y domingo): los últimos días son destinados a la “reparación”. Se eliminan las grasas combinando alimentos de las fases anteriores y añadiendo algunas grasas buenas, como las que proceden del coco o del aguacate. Para el final, se indican masajes, clases de yoga u otro que reduzca el estrés.

“Los resultados no son típicos o pueden variar de persona a persona”.

Infobae

Fotos: Shutterstock

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