Abre el primer restaurante caníbal del mundo y así consiguen la carne humana que venden

El “Resu ototo no shokuryohin” es el primer local gastronómico “legal” de este tipo y está ubicado en Tokio.

El escritor estadounidense William Seabrook, que introdujo la temática zombie en occidente, se hizo célebre, fuera de su trabajo literario, por haber practicado el canibalismo. Cuando fue consultado acerca de su experiencia, el autor de “La isla mágica” dijo que la carne humana sabe “muy parecida a la de un ternero joven”.

La experiencia vivida por este famoso escritor ahora es una posibilidad legal en Tokio, donde fue inaugurado el primer restaurante de canibalismo del mundo. El local lleva por nombre “Resu ototo no shokuryohin”, que se traduce como “Hermano comestible”.

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El restaurante se ubica en una zona lejana del centro de la capital nipona, pero muy transitada por los comensales curiosos que andan en la búsqueda de nuevos sabores. De acuerdo a un hombre argentino, que se ha convertido en el primer occidental en asistir al local, el sabor de la carne humana es parecido a la del cerdo, pero con una textura más dura. Y dijo que la parte más tierna es el glúteo.

La nueva legislación japonesa, aprobada en 2014, estipula que es legal el consumo de carne humana en locales dedicados al canibalismo, aunque bajo ciertas condiciones muy cuidadas, tanto a nivel sanitario como en lo que al origen de la carne se refiere.

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La carne proviene de un origen oficial, lo cual permite que sea servido a los comensales. La carne se compra de personas que deciden vender sus cuerpos antes de morir para ser consumidos. Existen varios tipos de venta, el más habitual es la preventa mensual, que viene a ser como recibir una pensión todos los meses, lo que una persona puede ganar vendiendo su cuerpo a este restaurante puede llegar a los 33.000 dólares.

Esta remuneración tan alta sólo se produce si el “donante” fallece joven y emplea la fórmula de pago con su familia, por la cuál el propio difunto no disfruta del dinero procedente de la venta de su carne, si no su familia.
Para poder cobrar, las personas que venden su carne deben comprometerse a seguir un tratamiento médico especial, que previene el deterioro de la carne cuando la muerte se produce de forma natural, publica el sitio Debate. 

Debido a todas estas exigencias y medidas para que el resultado sea el mejor a la hora de atender a los comensales, los platillos son costosos, rondando en promedio los 1.500 dólares.

Fotos: Shutterstock.

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