Un tercio de las mujeres se quita el anillo compromiso antes una entrevista trabajo
La brecha salarial de género preocupa hace décadas a las mujeres. Sin embargo, aquellos que repudian la desigualdad financiera han mostrado asegurar que sin importar el género del trabajador se le remunere una cantidad justa por el trabajo que realice.
A pesar del avance en la toma de medidas en la dirección correcta, existen otros factores que ponen a las mujeres en desventaja financiera, y ser soltera o casada es uno de ellos.
Las mujeres consideran que sacarse sus anillos de boda durante las entrevistas de trabajo puede evitar la posibilidad de juicios discriminatorios por parte de un empleador. Las preguntas acerca del estado civil o planes de embarazo son algunas de las que las inquietan.
De acuerdo con una nueva investigación que llevó a cabo la empresa de tecnología financiera Credit Angel, un 29% de las mujeres intenta evitar tal discriminación quitándose el anillo de boda o compromiso antes de una entrevista de trabajo.
“Muchos ‘gurús’ del ámbito laboral, fomentan este tipo de practicas, muchas veces de manera encubierta, para evitar las críticas por conductas sesgadas y sexistas”, explicó a Infobae Santiago Gómez, psicólogo del Centro de Psicología Cognitiva.
Ser soltero o estar casado no afecta al desempeño de un trabajador y no es de incumbencia de la empresa. Sin embargo, la intromisión en los estilos de vida es un hábito corriente.
Pero éste no es considerado el único factor que limita el éxito fiscal femenino. Según el estudio, más de la mitad de los posibles empleadores creen que las mujeres que solicitan un puesto deben declarar por adelantado si están embarazadas.
El estudio sugiere que un anillo puede indicar que una mujer es más propensa que otros posibles candidatos a quedar embarazada y que en el futuro necesitará una licencia de maternidad.
“Además -explica la investigación- casi el 50% de los propietarios de negocios creen que es aceptable preguntar si las mujeres tienen hijos pequeños durante su reclutamiento”.
“Si se piensa en una entrevista laboral como un escenario vincular en donde uno de los dos actores detenta todo el poder, el otro queda sumido a ser aceptado o no”, explicó a Infobae Diego Luparello, psicoanalista y ex-presidente del Claustro de Analistas en Formación de la APA.
Para el experto, esa asimetría es realmente un problema, y posiblemente sea el caldo de cultivo que causa un posible abuso de poder en donde los preconceptos o prejuicios no permiten evaluar las reales capacidades del candidato a un puesto.
Lamentablemente, esta práctica no es nueva. En el año 2016, el reclutador y experto en búsquedas de empleo Bruce Hurwitz causó furor en línea cuando escribió un polémico artículo donde insistía a las mujeres que dejar sus anillos de bodas en casa podría ser la clave del éxito.
“Las creencias machistas continúan vigentes en la actualidad y dan lugar a diferentes actos discriminatorios, pero principalmente ubican a la mujer en un lugar inferior al del hombre, las obliga a tener que ocultar parte de su historia como si fuera algo malo y a renunciar a una parte de su subjetividad como sujeto humano”, advirtió Gómez.
Generalmente, los entrevistadores atravesados por una visión machista se focalizan más en estos aspectos y olvidan las cualidades o experiencia laboral del postulante.
Para Luparello, evidentemente en un primer acercamiento lo registro imaginario le gana terreno a la palabra y al diálogo. “Quizás porque la conversación necesita de una extensión diacrónica para desplegarse, es decir, es necesario un tiempo para desplegar un relato. En cambio lo visual es inmediato, lo que suele llamarse ‘primera impresión’”, concluyó.
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