El calvario del joven que terminó en la cárcel porque la PDI se equivocó de casa

Brian Urrutia fue acusado de homicidio frustrado mientras que el verdadero sospechoso vivía en la casa de al frente. 

No son pocos los que reclaman que el sistema judicial en Chile entrega muchas garantías a los acusados y que en más de una ocasión se ha dejado en libertad a criminales por falta de pruebas.

Sin embargo, existe la otra cara de la moneda: las personas que han terminado en la cárcel por un delito que no cometieron. Según cifras, durante 2017 más de 3 mil personas fueron dejadas en libertad ya que eran inocentes del delito del que se les acusaba.

Uno de ellos fue Brian Urrutia, de 24 años, quien la mañana de un lunes de 2015 fue detenido en su casa por personal de la Policía de Investigaciones acusado de homicidio frustrado. Según la PDI, había disparado cuatro veces a un vecino de su casa en La Pintana. Lo que en ese momento no se sabía era que los funcionarios se habían equivocado de casa.

Desde el primer momento Brian alegó inocencia y aseguraba que el día de los disparos se encontraba en su trabajo como asistente de carnicero en La Florida. Incluso la empresa lo apoyó y facilitó las grabaciones de las cámaras de seguridad y el libro de asistencia como prueba de su inocencia.

Nada de eso sirvió y quedó en prisión preventiva. Fue trasladado a Santiago I y cuando preguntó que cuánto tiempo iba a estar detenido, le respondieron que “por lo que durara la investigación”, según señala El Dínamo.

“La relación con Gendarmería, uf, es duro. Cuando te revientan, te pegan palos, te sacan a mitad de noche, te hacen tira las cosas que están en las piezas. Además, yo era el único sustento de la casa. Mi madre no tenía qué hacer, tuvo que vender sus cosas para arreglar la casa por lo que rompieron (los funcionarios de PDI) al entrar y para llevarme plata, entró en una depresión junto a mis dos hermanos menores”, señala.

La PDI llegó a la casa de Brian porque el único testigo de la balacera identificó al autor de los disparos como “el guatón Memo”. El “detalle” era que el sospechoso que buscaba la policía vivía en la casa de al frente de la de Brian.

Finalmente Brian quedó en libertad y volvió a trabajar a la empresa de carnes. Sin embargo, no regresó a la casa que compartía con su madre, ya que los constantes conflictos familiares lo hicieron cambiarse con su pareja y su hija de un año a La Florida.

Fotos: Shutterstock/Wikipedia

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