¿Qué pasó con el gato de Julian Assange tras su arresto?

James era otro de los inquilinos que tenía el cuerpo diplomático en la embajada de Ecuador en Londres.

Noticia mundial fue el arresto de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, luego que ese país le quitara el asilo diplomático del que gozaba.

Millones de personas en todo el mundo vieron cómo la policía británica desalojaba al fundador de WikiLeaks quien estuvo casi siete años viviendo en ese lugar.

Pero además de Assange, en la embajada ecuatoriana había otro inquilino del que varias veces se habló en la prensa internacional. Se trata de James, el gato del activista informático, que hace un tiempo hizo noticia por el “problema diplomático” que estaba generando. Esto debido a que al activista informático se le había exigido una serie de normas sobre el cuidado del felino, ya que si no lo hacía, corría el riesgo de perder el asilo.

“Bienestar, alimentación, aseo y cuidado adecuado” de su animal es lo que exigía la embajada, según informó en octubre pasado el periódico The Guardian.

Pero tras su detención, varios se preguntaron qué ocurrió con James. Según se supo, el felino se “salvó” del arresto ya que había dejado la embajada días previos a la detención.

“Por lo menos el gato se salvó. Sí fue entregado, no sé si a un amigo pero salió ya de la embajada, posiblemente semanas antes de que terminara el asilo”, confirmó el abogado de Assange, Carlos Poveda, según señala el sitio 20 Minutos.

Algo que aliviará en parte a los defensores del activista informático, quien arriesga hasta cinco años de cárcel en el Reino Unido, para luego ser extraditado a Estados Unidos, país que lo acusa de conspiración y filtrar documentos sensibles para Washington.

Fotos: Shutterstock

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