La duquesa de Sussex está disfrutando más a su hijo Archie, también ha aprovechado de dar unas caminatas y de conversar con los vecinos.
En la actualidad, Meghan Markle está en Vancouver, en la mansión en la que han vivido los últimos cuatro meses y disfrutando junto a su hijo Archie de la tranquilidad de ese lugar. Luego de viajar a Inglaterra para estar en sus últimos compromisos como miembro de la Casa Real británica, la exactriz retornó rápidamente a Canadá, sin siquiera esperar al príncipe Harry, que se quedó en Londres para terminar de resolver su salida de Buckingham.
La vida que lleva ahora Meghan es mucho más pausada que la que le tocaba llevar como duquesa en Reino Unido. Se dedica a hacer comida casera y a dar largos paseos por el bosque, que además tiene al lado, ya que la mansión en la que se alojan está situada cerca del parque natural de Horth Hill. Se le ha visto paseando con Archie y sus dos mascotas todos los días, sin excepción, durante una o dos horas.
No es una zona muy concurrida, pero sí se cruza con algunos vecinos. Uno de esos residentes no ha dudado en confesárselo a la publicación norteamericana US Weekly: “Es muy agradable con todos. Dice estar encantada de estar en la naturaleza y en un lugar tan aislado”.
El estilo de la esposa de Harry en esta nueva vida dista mucho de sus últimas apariciones públicas en Londres, con vestidos de alta costura y sin dejar ningún detalle al azar, perfectamente pensados para su adiós y para que su imagen en estos últimos actos oficiales quedara para el recuerdo.
De seguro ella está disfrutando mucho de esta nueva vida, aunque es difícil que sea así para siempre. Cuando anunciaron los términos de su salida, informaron de que repartirían su tiempo entre Reino Unido y Canadá, pero también se ha sabido que se han interesado por una mansión en Malibú, donde la vida poco o nada tiene que ver con la que lleva ahora en la isla de Vancouver, publica Vanitatis.
Habrá que esperar para saber cuáles son los planes de los duques, aunque muchos vaticinan que será algo mucho más lucrativo que ser miembros de la familia real.
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