El nieto de Isabel II quiere normalizar hablar de sus problemas como una forma de romper con la masculinidad tóxica.
El príncipe William de Inglaterra padece algo parecido a lo sufría su bisabuelo, el rey Jorge VI, cada vez que tenía que dar un discurso. Como mostró la película “El discurso del rey”, el tartamudo soberano se bloqueaba a la hora de arengar a sus ciudadanos, y el duque de Cambridge heredó ese problema.
El padre de la reina Isabel II no lo hizo público porque se hubiese considerado una debilidad de la casa real, pero sí contrató un logopeda para que le ayudase a la hora de comunicar a través de la radio su patriótico mensaje. William, sin embargo, tiene otra fórmula para superar su miedo.
Su solución ha sido mucho más simple y más irónica, puesto que proviene de otras de sus “debilidades”: “Mi vista empezó a flojear poco a poco a medida que me iba haciendo mayor, pero para trabajar nunca me ponía lentillas. Es decir, que cuando daba discursos no podía ver la cara de nadie”, reconoció el marido de Kate Middleton en un documental sobre la salud mental.
“Y eso ayuda, por que al ver únicamente un borrón de rostros no podía advertir que me estuviesen mirando. En su momento no me llegué a dar cuenta, pero creo que eso fue lo que me ayudó: al no poder distinguir los ojos de los demás no sentía que todo el mundo me estuviera mirando”, reveló el heredero.
El documental, emitido por la BBC, quiere romper ciertos tabúes sobre la salud mental de los hombres, hablando abiertamente de emociones y estigmas que aún perduran desde la época de su bisabuelo, con las dos guerras mundiales de por medio, aseguró el príncipe, consigna 20 Minutos.
Una generación que, según él, “interiorizó muchos de sus problemas, puesto que lo único que deseaban era seguir adelante con sus vidas”. Sin embargo, en pos de romper esa masculinidad tóxica y dar paso a una nueva, el hijo del príncipe Carlos quiso hablar con varias personas de un tema sobre el que está muy consciente.
“Tenemos que ser capaces de ser más abiertos y poder hablar de nuestros asuntos antes de que lleguen a un punto en el que comiencen a hacer daño a nuestras relaciones personales, a nuestro trabajo y a todo lo que hay a nuestro alrededor”, confesó.
Lo mismo hizo William hace unos días al hablar abiertamente sobre cómo le afectó siendo adolescente la muerte de su madre, Lady Di, y el miedo que le infundió cuando se convirtió en padre.
Foto: Shutterstock.