La cerveza refresca y quita la sed, pero también arrastra la fama de estar tras esas grandes barrigas de algunas personas.
No hay duda de que es una de las bebidas más populares en todo el mundo. Es que la cerveza reúne suficientes cualidades para ser perfecta: quita la sed, su sabor es agradable, contiene minerales, poco alcohol (4%) y 42 calorías en 100 ml. O dicho de otra forma, un vaso aporta en torno a 100 calorías solamente. Además, está ampliamente disponible y su precio es asequible.
A pesar de su indiscutible éxito, carga con la reputación de ser la causante de la denostada barriga cervecera, que se suele asociar a un modelo corporal característico: obesidad abdominal y extremidades delgadas. Aunque mujeres y hombres pueden presentar este fenotipo, lo cierto es que es mucho más habitual entre el sexo masculino.
Sin embargo, más que una realidad, parece ser un mito. El doctor Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), afirma que “es un mito que, probablemente, tenga que ver con el logo de una conocida marca en el que aparece un hombre obeso con una jarra de cerveza en la mano”. Más allá de esta imagen, “no hay ninguna evidencia científica que demuestre que la cerveza engorde más que otras bebidas (que no sea el agua)”. Ahora bien, “siempre y cuando se haga un consumo moderado, que corresponde a una caña diaria las mujeres y dos los hombres”, recuerda.
Como publica Alimente, al igual que sucede con otros productos, ingestas altas y mantenidas de cerveza “lógicamente llevan a un incremento de calorías que se traduce en obesidad”. Otro factor que no hay que pasar por alto son las comidas que acompañan a esta bebida. Da igual lo que sea, unas aceitunas, unos frutos secos o un sándwich. Algunos estudios relacionan el apetito con beber alcohol, como uno publicado en Physiology and Behavior que encuentra que, a corto plazo, el consumo de alcohol aumenta el apetito, aunque epidemiológicamente no se traduzca en más obesidad.
El doctor Tinahones, que es jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, en Málaga, también descarta el argumento de que el alcohol de la cerveza pueda ser el responsable de la barriga prominente. “Una cerveza ‘sin’ o 0,0% puede tener más calorías que una con alcohol, por eso hay que mirar las etiquetas para comprobar el valor nutricional”.
Visto así, la barriga cervecera es realmente obesidad abdominal, más frecuente en los hombres. Como describe el especialista, “es obesidad central (concentrada en la zona del abdomen), una disposición de la grasa que está condicionada hormonalmente” y que depende especialmente de las hormonas masculinas, aunque “algunas mujeres, especialmente a partir de la menopausia, también presentan esta distribución de la grasa”. Lo peor de la barriga no es la estética, sino que la grasa se acumula debajo de la piel, rodeando las vísceras y eso aumenta el peligro de desarrollar diabetes, hígado graso y problemas cardiovasculares.
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