La muerte de tu perro puede ser tan dolorosa como perder a un familiar

Perder a nuestra mascota puede causarnos el mismo dolor que la muerte de un ser querido.

La muerte de un ser querido, ya sea de nuestros padres, de un hermano o de un amigo, es sin duda un dolor que es difícil de sobrellevar. Pero la tristeza de perder a alguien cercano no se limita solo a humanos. La partida de una mascota, como un perro, puede resultar en una pena tan profunda como la de un familiar.

El impacto psicológico que nos puede causar la muerte de nuestro mejor amigo canino puede ser tan importante como perder a una persona que amamos, según señala una investigación de la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos.

Otros estudios confirman que la muerte de una mascota, algunas veces, puede ser más dolorosa que la de un humano, incluso más difícil de superar, todo esto dependiendo de la cercanía.

Las mismas hormonas y sustancias químicas que nos hacen sentir amados y conectados con otros humanos se liberan en nuestro cerebro cuando vemos a nuestro amigo canino. Pero, ¿por qué entonces podemos tardar más en superar la muerte de nuestra mascota que la de un ser querido?

La respuesta es porque cuando un familiar humano muere, nos tomamos un proceso de duelo; faltamos al trabajo, dejamos de hacer actividades unos cuantos días, hay personas que nos acompañan en nuestro dolor, tenemos apoyo emocional y, a veces, hasta buscamos ayuda profesional. Con nuestras mascotas no es el mismo proceso, la mayoría de las personas responden con “lo superarás, sólo era un perro”, no hay permiso en el trabajo para tomarnos unos días y los demás no ven la situación de la misma forma que nosotros por lo que nos reprimimos de emociones y de lidiar con el dolor, consigna Cultura Colectiva. 

La psicóloga Julie Axelrod, dice que la parte del duelo está relacionado con la pérdida de un amor incondicional, además de la alteración de un rutina y de la compañía de “alguien”. La pérdida de una mascota conduce a una gran interrupción de nuestra rutina diaria, a veces mucho más que la de una persona. Programamos nuestro día alrededor de nuestro perro, nos vamos y él se queda, llegamos y él nos recibe, es nuestra compañía y nuestro confidente, entonces cuando perdemos todo este orden nos sentimos completamente perdidos.

Lo mejor es que vivamos el duelo de nuestra mascota, que seamos comprensivos con nosotros mismos y, si es necesario, acudamos a terapia. Debemos darle la importancia que nosotros creemos que merece y enfrentarlo como se hace con cualquier pérdida.

Foto: Shutterstock.