Académico de la Universidad de Yale: “El proceso constituyente de Chile es un ejemplo de esperanza para el mundo”

“Chile tiene la misma población que Dinamarca, Noruega y Suecia, que han liderado Europa en el siglo XX por su socialdemocracia”, dice Bruce Ackerman, uno de los mayores expertos en constitucionalismo.

Este 15 y 16 de mayo los chilenos elegirán a los 155 miembros que conformarán la Convención Constituyente y redactarán una nueva Constitución, proceso que surgió tras el estallido social de octubre de 2019.

Es un hecho inédito en la historia de Chile, ya que es la primera vez que la Constitución se escribe por mandato de la ciudadanía. Además, será la primera Carta Magna paritaria a nivel mundial y la primera en la era post pandemia.

Además, en un momento en que la actual institucionalidad política y sistema económico están siendo cuestionados a raíz de la pandemia del coronavirus, el proceso constituyente es visto con atención en el resto del mundo.

“Esta es una rara oportunidad de centrarse en reformar las bases de un Estado”, dice a BBC Bruce Ackerman, uno de los mayores expertos del mundo en constitucionalismo.

Según el académico de la Universidad de Yale, la innovación más positiva en el proceso chileno es que los miembros de la Convención Constituyente no pueden estar en el gobierno al mismo tiempo.

“Tener miembros elegidos popularmente que sólo se centren en estos problemas es una gran innovación. Pocas veces en la historia se ha dado esta separación”, señala.

Para Ackerman, lo que está ocurriendo en Chile es crucial, debido a que puede ser un ejemplo para terminar con el régimen presidencialista y pasar a uno parlamentario.

“La Convención puede debatir si Chile debería romper con el modelo presidencial de gobierno que ha llevado a tantos golpes militares en la historia de la región y elegir a cambio darle al mundo y a América Latina una idea de que un sistema parlamentario funcionaría mejor contra el populismo de la derecha y la izquierda”, indica.

“Chile es un ejemplo de esperanza para América Latina y el resto del mundo y puede ser como Escandinavia. Chile tiene la misma población que Dinamarca, Noruega y Suecia, que han liderado Europa en el siglo XX por su socialdemocracia”, agrega el académico.

Ackerman explica que en un sistema parlamentario, como lo que puede ocurrir en Chile “se reduce la capacidad de que los extremos se enfrenten, y esto es lo crucial”.

Sobre el temor que existe en la ciudadanía de que los partidos políticos tomen el control del proceso constituyente, Ackerman reconoce que es un peligro, sin embargo, subraya que hay una diferencia generacional que es clave para entender el proceso.

“Lo que tenemos aquí es gente entre 30 y 45 años de diferentes partidos y gente de 60-75 años de diferentes partidos”, indica.

El académico agrega que “más que de partidos yo creo que la diferencia fundamental es la división entre nuevas generaciones y generaciones mayores”.

“Si tienen éxito, será un modelo de esperanza y no sólo para Chile… Al final la Convención tiene que ocuparse de asuntos significativos para los próximos 40 años”, afirma.

Fotos: Shutterstock/Flickr