Camila, Izkia y Karol: las escuderas de Boric que fueron clave en la remontada para ganar las elecciones

Tanto las diputadas comunistas como la ex presidenta del Colegio Médico lograron imprimirle a la campaña una mística y discurso más conciliador, hablándoles a las personas a la cara y de forma franca, apelando al sentido común y un trato horizontal con los votantes. Hoy suenan para integrar el gabinete con la intención de cambiar la forma de hacer política de aquí hacia adelante.

Es el día después de su triunfo en las elecciones presidenciales que lo convirtieron en el presidente más joven en llegar a La Moneda. Gabriel Boric está frente al micrófono listo para hablar con la prensa luego de su reunión con Sebastián Piñera. De atrás siente una mano que le toma la carpeta que lleva en su mano izquierda. Es Izkia Siches quien se hace cargo de la carpeta para que el presidente electo esté lo más cómodo posible para hablarle a la ciudadanía.

Puede resultar un gesto sin importancia que seguramente pasó desapercibido para las cámaras pero que denota la preocupación y cuidado que hay hacia Boric por parte de su círculo cercano y que deja en evidencia la confianza y complicidad que hay en el grupo que lidera el magallánico, en un momento en que la tarea que hay por delante no se ve fácil por lo que necesita la ayuda de todos, incluso con sosteniendo una carpeta.

La incorporación de la ex presidenta del Colegio Médico al comando de Boric fue clave en la remontada que logró el pacto Apruebo Dignidad tras el triunfo de José Antonio Kast en primera vuelta.

Ya desde su discurso en el que anunció su salida del Colmed se pudo ver el sello que iba a tener la segunda parte de la campaña, con un tono más conciliador e incluso maternal, buscando la unidad y el sentido común.

“He visto en los ojos de mi hija la ilusión por el futuro, he visto en su rostro que Chile merece menos división y menos agresividad”, fue parte del discurso que caló hondo en una ciudadanía buscaba un poco de certidumbre y tranquilidad luego de dos años convulsos entre estallido social y pandemia.

Siches llegó en un momento en el que el comando de Boric y sus adherentes aún estaban aturdidos por la derrota parcial sufrida en primera vuelta ante José Antonio Kast.

La ex líder gremial se transformó en la cara visible de un equipo con mirada y carácter femenino que supo interpretar a una ciudadanía que buscaba ser escuchada y que le hablaran de forma horizontal, franca y con sentido común.

Con un pequeño equipo del comando se subió a un bus y en 12 días recorrió Chile de norte a sur, logrando canalizar esa mística y ese desborde ciudadano que se dio en la segunda vuelta.

“Repletaba las calles y plazas en los lugares que visitaba, tengo la foto de Antofagasta, con miles de personas que llenaban una de las calles principales de la ciudad. Ella tenía esa capacidad por sí misma de convocar a mucha gente”, señaló a La Tercera Francisca Perales, vicepresidenta de Convergencia Social.

Siches también se transformó en un “balón de oxígeno” para Boric justo en la última parte de la campaña donde las fuerzas comenzaban a flaquear.

“Boric estaba cansado y tal vez más complicado, lo que hizo Siches con su llegada fue descomplicarlo, se articuló una suerte de doble candidatura, donde ambos se potenciaron”, señala Cristián Valdivieso, director y fundador de Criteria.

Pero Siches es solo una de las figuras femeninas que acompañaron y apuntalaron al candidato de la izquierda, en un momento en que el camino se ponía cuesta arriba y donde las energías se iban acabando.

Otra de las protagonistas fue sin duda Camila Vallejo, quien por más de 10 años ha liderado batallas junto a Boric, primero en las marchas estudiantiles y luego en la Cámara de Diputados.

Junto con Karol Cariola la ex presidenta de la FECH formó una dupla que mostró una cara más renovada y actual del Partido Comunista y logró alejar los fantasmas y caricaturas que por años han pesado en la izquierda chilena.

Dejaron en un segundo plano a figuras como Guillermo Teillier e incluso al ex candidato Daniel Jadue, consiguiendo conectar y empatizar con una ciudadanía que por años no se había sentido representada por la clase política pero que hoy quiere ser protagonista de las decisiones del país.

“Este fue un triunfo muy importante. Se lo debemos a toda la gente que trabajo en esta campaña. Mucha gente que nunca había participado en política y hoy se involucró y lo dejó todo”, dijo la diputada tras el triunfo del domingo.

Tanto Vallejo como Cariola saben que son el rostro de ese sector que ha sido invisibilizado por años y que nunca han podido tener real protagonismo en la sociedad chilena.

“Ganó la esperanza, y eso es muy bonito para nuestras hijos, hijas, disidencias sexuales, mujeres y para terminar con este sistema de salud”, manifestó.

Tras el triunfo obtenido en las urnas, Cariola manifestó que fue clave el “mirar a las personas a la cara” y lograr ese vínculo con las regiones y el territorio.

“La clave fundamental es el territorio, el vínculo con el territorio, el haber ido a mirar a las personas a la cara, frente a frente, el poder conversar con ellos”, señaló.

Debido al rol fundamental que tuvieron las mujeres tanto en la campaña como en el triunfo en las urnas, dejando en segundo plano a figuras como Giorgio Jackson y Daniel Jadue, no es de extrañar que Siches, Vallejo y Cariola suenen con fuerza para integrar el futuro gabinete de Boric.

Aunque muchos ven a Siches en el Ministerio de Salud, lo cierto es que su manejo político y comunicacional la acercan más a la vocería de gobierno, donde podrá imprimir a la nueva administración un discurso más conciliador y franco, tal como se vio en la segunda parte de a la campaña.

Por su parte, Cariola está en duda debido a que aún es diputada y desde el comando señalaron que no van a sacar ningún parlamentario del Congreso.

Distinto es el caso de Vallejo, quien no fue a la reelección precisamente por sus posibilidades de integrar el gabinete de Boric.

Debido a su experiencia en el Congreso, ya la perfilan para ocupar el cargo en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (SEGPRES), el vínculo de La Moneda con el Congreso y que será vital para llegar a acuerdos con un Parlamento donde no se tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras.

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