Chile es el país OCDE donde más se percibe la desigualdad: 89% de los ciudadanos pide mayor redistribución de ingresos

Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos señala que la desigualdad ha ido en aumento en las últimas tres décadas, mientras que la movilidad social se ha estancado.

“A mí me tiene absolutamente sin cuidado la desigualdad. Lo que me tiene con cuidado es la pobreza. Hay que disminuir el grado de envidia, porque el problema de la distribución es un problema de envidia”, dice el ex ministro de Hacienda de Augusto Pinochet, Rolf Lüders, en el documental “Chicago Boys”.

Un diagnóstico diametralmente opuesto al de un informe de la OCDE publicado esta semana y que coloca a Chile como el país del bloque donde más se percibe la desigualdad, producto no de la envidia -como dice el economista chileno-, sino de la inequidad en los ingresos, la que ha ido en aumento en los últimos 30 años.

Mismo periodo de tiempo que lleva el modelo económico impuesto por la dictadura y los Chicago Boys, del que Lüders fue parte.

Según el estudio “¿Importa la desigualdad?”, en los países miembros de la OCDE la desigualdad ha ido en aumento en las últimas tres décadas, mientras que la movilidad social se ha estancado.

Un ejemplo que arroja el estudio es que en la década del 80, los ciudadanos pensaban que los más ricos tenían cinco veces más recursos que los que estaban en la parte inferior de la tabla. Hoy esa percepción subió ocho veces.

Los chilenos son los que tienen mayor percepción de la desigualdad y por ende, son el grupo de ciudadanos que demanda una mayor distribución de los ingresos, con el 89% de las personas, mientras que el promedio de la OCDE es del 66%.

Esta percepción de desigualdad ha llevado a los chilenos menores de 30 años a creer menos en la movilidad social que las personas mayores. Es decir, los ciudadanos chilenos que han nacido en el Chile neoliberal tienen menos fe en que puedan surgir en el modelo instaurado en dictadura, a diferencia de sus padres o abuelos.

En esa línea, un 73% de los chilenos quiere que el Estado intervenga para reducir la desigualdad, siendo superado solo por Italia (82%) y Eslovenia (79%).

“La demanda de una política fiscal más progresiva es alta, en consonancia con la creencia generalizada de que un gran porcentaje de la renta nacional va a parar al 10% más rico de los hogares, y que hay bajas posibilidades de que los ciudadanos pobres lleguen a la cima”, dice el estudio.

Algo que se pudo apreciar en el estallido social de octubre de 2019 es que los cacerolazos, forma de protesta que no se veía desde la dictadura, se escucharon incluso en los sectores más acomodados.

En ese sentido, de los 25 países de la OCDE que se incluyeron en el análisis, Chile es el que demanda de forma transversal una mayor distribución de los ingresos. Los sectores bajos, medios y altos piden mayor distribución con un 90%, 88% y 89%, respectivamente.

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