La misma Cadem que hoy pone a Kast sobre Boric, daba como ganador a Lavín a un mes de las primarias

Hace cuatro años, la por entonces candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, ya acusaba a las encuestas de crear realidades, luego de lograr un 20% en primera vuelta, muy por sobre el 8% que le daban los sondeos. “¿En qué momento estábamos fuera de la competencia, si estábamos competitivos hasta el último momento?”, se preguntaba en 2017. El convencional y abogado Mauricio Daza, afirma que las fallas metodológicas son evidentes y han sido denunciadas por varios expertos.

La última encuesta Cadem muestra a José Antonio Kast liderando las preferencias, con una leve ventaja sobre Gabriel Boric, con 21% y 20% de las preferencias respectivamente.

Sin embargo, hace tiempo que los sondeos de la empresa de investigación de mercados y opinión pública no aciertan a lo que después se expresa en las urnas.

Tras el retorno a la democracia las encuestas le acertaban o se acercaban bastante a los cómputos entregados por el Servel, ya sea porque eran un fiel reflejo de la sociedad o porque construían realidades que influenciaban a los votantes.

No obstante, esa tendencia se rompió de forma contundente desde el Plebiscito Nacional 2020, donde los chilenos decidieron que se escribiera una nueva Constitución.

En enero de 2020, la encuesta Cadem arrojaba que un 66% estaba a favor de la opción “Apruebo”, versus un 25% de los que se inclinaban por el “Rechazo”.

Respecto a si la Convención Constituyente debía ser mixta solo con ciudadanos electos, el sondeo señalaba que había un “empate técnico”.

La encuesta le daba solo un 47% a la opción de que sea 100% con ciudadanos electos, versus un 45% que apoya la idea de que sea una Convención mixta.

Sin embargo, lo expresado en las urnas fue un golpe de realidad y una confirmación de que las empresas encuestadoras, y en particular la Cadem, no estaba reflejando fielmente lo que quería la ciudadanía.

Esto porque finalmente los resultados dieron un 78% de apoyo a la opción “Apruebo” versus un 21% para el “Rechazo”.

Respecto a la conformación de la Convención Constituyente, un 80% de los votantes se inclinaron por la opción 100% de ciudadanos electos, versus un 21% que votó a favor de la mixta.

Pero las encuestas volvieron a errar en las elecciones de constituyentes. Mientras la mayoría de los sondeos indicaba que cerca la mayoría del padrón votaría por partidos políticos, las urnas volvieron a dar un golpe de realidad dando como los grandes ganadores a los independientes y los convencionales apoyados por la ahora extinta Lista del Pueblo.

“Las encuestas indicaban que el 25% de las personas votarían por los independientes”, recordaba en ese momento Marta Lagos, analista y fundadora de Latinobarómetro y Mori Chile.

Tras los resultados de los convencionales, Roberto Izikson, gerente de asuntos públicos y estudios cuantitativos de Cadem, hizo una especie de mea culpa y justificaba los resultados con que “era imposible proyectar” los resultados” debido al voto voluntario y el exceso de candidatos, entre otros puntos.

“Hoy día la sociedad no está dispuesta a tolerar márgenes de error ni a entender los procesos metodológicos que hay detrás. Entonces, ya que no tenemos las condiciones de anticipar exactamente, dentro de los márgenes de error, decidimos no seguir publicando”, reconocía Izikson, al mismo tiempo en que adelantaba que no publicarían más encuestas relacionadas al plebiscito constitucional.

Tiempo después, las encuestas volvían a equivocarse con sus pronósticos, esta vez con las primarias presidenciales.

El 21 de junio, es decir, a menos de un mes de los comicios que definirían los candidatos que irían en la papeleta de noviembre, la Cadem señalaba que Joaquín Lavín y Daniel Jadue lideraban las encuestas para convertirse en el candidato de la derecha e izquierda respectivamente.

Sin embargo, los resultados arrojaron algo totalmente distinto. Mientras que la primaria de la derecha la ganó Sebastián Sichel, en la del pacto Apruebo Dignidad salió vencedor Gabriel Boric, con más de un millón de votos.

Uno de los que ha sido crítico de las encuestas y particularmente de la Cadem, es el abogado y constituyente, Mauricio Daza, quien afirma que “nunca hay que creerle a la Cadem” principalmente por lo “metodológicamente inconsistente y poco transparente”.

Según Daza, la importancia y difusión que se le da a la encuesta Cadem es “injustificada” e “impresentable”, debido a sus reiterados resultados con bajos niveles predictivos.

“Que todas las semanas esta cuestionable encuesta determine parte importante del debate político que se impulsa desde los grandes medios de comunicación no es un simple accidente, sino corresponde a una conducta sistemática la cual resulta injustificada, y avala la tesis de que estaríamos ante un instrumento el cual, en realidad, sería un medio de acción política para influir en la opinión pública más que una encuesta que buscar dar cuenta sobre lo que opina la comunidad”, señala en entrevista con el sitio Contracarga.

Según el abogado, la independencia y objetividad de la Cadem es cuestionable, debido a los vínculos que tiene con La Moneda.

“Ha mantenido importantes contratos con el Estado, los cuales han sido pactados durante el gobierno de Sebastián Piñera, y que el dueño de Cadem, Roberto Izkinson, ha sido un reconocido colaborador del actual presidente”, afirma.

Para Daza, las fallas metodológicas son evidentes y se han denunciado por varios expertos, en especial al tamaño de la muestra que no son más de 3.200 casos y que son a través de entrevistas online o telefónicas.

El abogado señala que no queda claro el proceso a partir del cual se define a cuáles números llaman. Tampoco existe información sobre la distribución de la muestra por sexo, edad, grupos etarios, lugar de residencia, niveles socioeconómicos, entre otros elementos.

“Si una persona no responde o corta, eso se tiene que estar contemplado dentro de mi margen de error de la muestra, pero eso generalmente no se hace. Se asume que después de hacer 15 o 20 llamados fallidos, la persona que responde va a tener la misma opinión que tenían todas las personas que no respondieron. Ahí tenemos un error bastante grande”, explica.

Hace cuatro años, la por ese entonces candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, ya acusaba a las encuestas y en particular a la Cadem y la CEP de crear realidades que no se apegaban al sentir mayoritario de la ciudadanía.

“Quiero mandar un mensaje bien clarito a todas las encuestas que dijeron que nosotros íbamos a estar abajo: ¿dónde está ese oráculo que es la CEP, borrándonos del mapa? ¿Dónde están las otras encuestas? Por ejemplo, la Cadem, diciendo ‘están fuera’, ‘pueden llegar cuartos o quintos'”, decía en su discurso tras lograr un 20% de las preferencias, muy por sobre el 8% que le daban las encuestas.

En ese momento Sánchez se preguntaba “si esas encuestas hubieran dicho la verdad a lo mejor sí estaríamos en segunda vuelta”.

“Tuvimos una diferencia pequeña con quien hoy es parte de este gobierno. Montaron un escenario diciendo que estábamos fuera. Y eso fue falso, estábamos adentro”, afirmaba.

“Mañana quiero una explicación de estos que se sienten los dueños de Chile, diciendo que nosotros estábamos afuera. Explíqueme, ¿en qué momento íbamos a sacar un 8% si sacamos un 20%? ¿En qué momento estábamos fuera de la competencia, si estábamos competitivos hasta el último momento? Mañana quiero una explicación en todos los diarios. Un diario dijo ‘se acabó la magia’, yo le digo: ‘ésta es la magia y llegó para quedarse'”, disparaba la candidata augurando el actual momento del Frente Amplio, la fuerza política que tiene más opciones de llegar a La Moneda.

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