¿La nueva variante japonesa del coronavirus es más contagiosa?

A los especialistas le preocupan sus posibles consecuencias en la transmisibilidad de la enfermedad.

Una nueva variante del Covid-19 fue detectada un hospital de Tokio, Japón. Esta variante presenta la mutación E484K, también conocida como ERIK y compartida por la versión sudafricana y brasileña del coronavirus.

Se trata de una modificación en el SARS-CoV-2 que reduce sensiblemente la efectividad de las vacunas, porque disminuye la capacidad neutralizante de algunos de los anticuerpos producidos al estimular la respuesta inmune que bloquean la entrada del virus en las células. También preocupan sus posibles consecuencias en la transmisibilidad de la enfermedad.

En la actualidad, existen dos ramas principales con esta mutación E484K: la sudafricana y la brasileña, además de algunos eventos aislados. “Lo más probable es que sea una de estas variantes, que se ha estado dispersando en Japón, y ha evolucionado ahí un poquito más”, explicó a 20 Minutos el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Víctor Jiménez Cid, miembro de la Sociedad Española de Microbiología.

Por su parte, el virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo Estanislao Nistal señala la hipótesis de que el coronavirus pueda mutar en pacientes que llevan mucho tiempo ingresados en el hospital con la infección activa.

La mutación E484K que caracteriza esta variante japonesa afecta a la capacidad para neutralizar la entrada del virus en las células. Esta característica puede reducir la efectividad de las vacunas y de la inmunidad generada por infecciones anteriores.

“Esta mutación afecta bastante a la capacidad neutralizante de algunos de los anticuerpos producidos al estimular la respuesta inmune que bloquean la entrada del virus en nuestras células. Cuando nos hemos infectado antes con otras variantes diferentes, algunos anticuerpos no funcionan. Sin embargo, eso no significa que dejemos de tener inmunidad. Es capaz de reducir la eficacia, pero no la elimina”, detalló Nistal.

En este sentido, agrega que, además de los anticuerpos neutralizantes, también existen otras formas de inmunidad para proteger ante el coronavirus, como las células T.

“La inmunidad que se ha generado es eficaz, pero no tanto. No anula la antigenicidad, pero sí la disminuye”, coincide Jiménez Cid, que plantea la posibilidad de reformular en un futuro las vacunas para incluir estas variantes, de forma que algunas puedan ser incluso polivalentes.

Ambos expertos coinciden en que, así como la mutación N501Y -presente en la versión británica del virus- sí induce un aumento en la capacidad de contagio, no está claro que ocurra lo mismo con la E484K.

En cuanto a la mortalidad, Jiménez Cid apunta que no se ha demostrado que estas nuevas variantes sean más virulentas. No obstante, subraya que, si la transmisibilidad es mayor, aumenta el número de enfermos y la saturación de los hospitales, lo que puede provocar una peor atención y un incremento en los fallecimientos.

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