Sin buses y con cifras récord: Así fue la entrampada jornada de segunda vuelta que convirtió a Gabriel Boric en el presidente más votado en la historia de Chile

El ex dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile será el mandatario más joven en llegar a La Moneda, luego derrotar de forma categórica a José Antonio Kast: contra todo pronostico, le sacó un margen de casi un millón de votos. Eso sí, la jornada electoral se vio empañada por la nula presencia de buses –tanto en Santiago como en otras ciudades de Chile– debido a la pobre planificación del Gobierno en esta materia.

Poco antes de las 10 de la mañana, José Antonio Kast, luego de emitir su voto en Paine, volvió a recalcar con voz serena frente a la prensa que recurriría al tribunal electoral en el caso de que la elección presidencial se definiera por menos de 50 mil votos. 

De cierto modo, como afirmaría Giorgio Jackson horas más tarde, Kast se había puesto el parche antes de la herida. Sus palabras dejaron en evidencia que, en el fondo, presentía su derrota. Aunque, seguramente, jamás pensó que sería por paliza.

Gabriel Boric superó por cerca de un millón de votos al aspirante de la ultraderecha. En detalle, alcanzó el respaldo de 4.610.345 personas (55,87%), lo que se traduce en una ventaja de más de 10 puntos porcentuales por sobre Kast, quien registró 3.638.873 votos (44,13%).

Incluso más, el abanderado de Apruebo Dignidad se convirtió en el presidente más votado de la historia del país, tras superar el récord del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien en 1994 conquistó cerca de 4.040.497 sufragios, en una época en la que el voto era obligatorio. 

Debido a la abultada diferencia entre ambos candidatos, en redes sociales se comparó este balotaje con el plebiscito del Sí (55,99%) y el No (44,01%) de 1988. Entre otras cosas, porque José Antonio Kast ha defendido férreamente el legado del dictador Augusto Pinochet. De hecho, la carta del Frente Social Cristiano basó su estrategia de campaña en la política del miedo y las noticias falsas, del mismo modo que la Junta Militar en el plebiscito que permitió a Chile recuperar la democracia. Por cierto, ese manual fue complementado con las tácticas aplicadas por Donald Trump en Estados Unidos, y por Jair Bolsonaro en Brasil. Sin embargo, ni los fantasmas del comunismo ni las fotografías fraudulentas de Boric causando destrozos en Plaza Italia, lograron efectos decisivos sobre la voluntad popular. 

Así pues, el 11 de marzo de 2022, Gabriel Boric, egresado de derecho, poeta frustrado y amante de los arbolitos, recibirá la banda presidencial con sólo 36 años de edad y se transformará en el mandatario más joven en la historia de la República de Chile.

Una elección empañada: ¿Sabotaje del Gobierno?

Los 33 grados de temperatura anunciados para este domingo parecían ser el obstáculo más arduo durante este balotaje. Pero no: el Gobierno de Sebastián Piñera se encargó de sumar otro. 

Una gran cantidad de chilenos sufrieron dificultades para trasladarse a sus locales de votación debido al bajo flujo de buses del transporte público en Santiago y en otras regiones del país. Los noticieros de televisión graficaron la indignación de la ciudadanía que, agolpada en los paraderos bajo el asfixiante calor, lanzó sus dardos directamente al Ejecutivo, en especial contra la ministra de Transporte, Gloria Hutt. 

¿Se trataba de un complot en contra de Boric? Esa fue la pregunta que predominó en redes sociales durante este 19 de diciembre. De hecho, la jefa de campaña del candidato magallánico, Izkia Siches, convocó a los chilenos a organizarse por medio de vehículos particulares, acusando una supuesta “operación” desplegada por el Gobierno para perjudicar a su abanderado. 

Con aire ofendido, el ministro Secretario General del Ejecutivo, Jaime Bellolio, arremetió contra la denuncia de la ex presidenta del Colegio Médico: “tratar aquí de decir que es una especie de conspiración y operación, es mentirle al país y es una mentira del porte de una catedral”, afirmó. 

Minutos más tarde, se cuadró con Bellolio el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, quien emplazó vía Twitter a Siches por la presunta difusión de noticias falsas: “Alguien creíble esparciendo una mentira sin fundamento. Hágase cargo de sus palabras para lo que pueda ocurrir por incitar al odio y división. Ah! Y el acarreo sigue prohibido”, escribió. 

En primer lugar, Galli parece confundir el significado de “acarreo”: se trata de una práctica antidemocrática en la cual se obliga a una persona a dirigirse a un local para votar por un candidato determinado; nada de eso fue lo que propuso Siches. Y segundo, el subsecretario, como es su costumbre, no fue autocrítico frente a la desconexión que demostró el Gobierno con respecto a la ciudadanía en materia de transporte público, razón por la cual terminó desviando el fondo de la discusión. 

Pero las intervenciones de Bellolio y Galli, quienes derechamente no se hicieron cargo de las demandas de cientos de electores varados en las calles del país, fueron desplazadas por la jefa de la cartera de Transportes, Gloría Hutt, quien, a pocas horas del cierre de mesas, terminó reconociendo la mediocre gestión del Ejecutivo. 

“Por supuesto que no quedé conforme en cómo funcionó el sistema. Se pudo haber resuelto más rápido con más información a las personas. La responsabilidad de comunicar es nuestra”, lamentó. Luego, agregó que los chilenos afectados “se merecen esa disculpa”.

¿Había una intención oculta por parte del Gobierno para favorecer a Kast? ¿O simplemente fue producto de la inoperancia de sus funcionarios? Eso será materia de investigación en los próximos días. 

El presidente más votado y los comicios con mayor participación

Sin proponérselo, el Ejecutivo terminó generando las condiciones para que los votantes de Gabriel Boric cobrasen cierta mística y cierta épica; en las calles santiaguinas y otras ciudades del país se apreció un espíritu colaborativo de ciudadanos que facilitaron sus vehículos para que los afectados pudieran concurrir a los locales a ejercer su derecho cívico. 

Y el esfuerzo rindió frutos: el candidato de Apruebo Dignidad no sólo se transformó en el presidente que ha registrado mayor número de sufragios, sino que además este logro se enmarca en lo que fue la elección con mayor participación ciudadana desde que entró en vigencia el voto voluntario. 

Hasta este domingo, el récord lo tenía el plebiscito por la nueva Constitución realizado el 2022, en el que se registraron más de 7 millones 562 mil votantes, de un padrón electoral de 15.030.974. No obstante, en esta segunda vuelta presidencial participaron poco más de 8 millones 320 mil votantes.